El ataúd que contiene los restos de Pope permanece cerrado durante el transcurso de una ceremonia privada, un momento solemnemente cargado de significado. En abril de 2024, el Papa Francisco tomó la decisión de aprobar un nuevo rito que lleva por nombre Ordo Wiefiarum Romani Pontificis. Esta versión actualizada reemplazó la ceremonia que había estado vigente desde el año 2000 y fue publicada en noviembre del mismo año. La intención detrás de esta renovación es “simplificar y adaptar algunos rituales para que el entierro del obispo en Roma refleje claramente la fe de la Iglesia en el Cristo resucitado”, con el objetivo de hacer el acto más accesible y alineado con las creencias contemporáneas de la comunidad católica.
Antes de proceder con el cierre del ataúd que contiene al Papa, hay varios rituales que se deben llevar a cabo, cada uno de ellos cargado de simbolismo y tradición. El primero de estos rituales consiste en la lectura en voz alta de un documento preparado por el maestro de ceremonias, que sirve como un resumen de la vida y las obras del pontífice fallecido. Este texto es meticulosamente elaborado y se presenta en dos copias; ambas deben ser firmadas por algunos de los participantes presentes en la ceremonia. Una de estas copias se guarda dentro de una tubería de metal sellada, la cual se coloca dentro del ataúd, mientras que la otra se archiva en la Oficina de Ceremonias Litúrgicas Pontificales, asegurando así que queden registros permanentes de la vida del Papa tributado.
En un gesto simbólico, la cara del Papa está cubierta con un velo lateral de color blanco, lo que transmite una sensación de reverencia y respeto. Adicionalmente, el maestro de ceremonias establece 12 monedas de memoria, que fueron acuñadas durante el tiempo del pontificado del Papa. Estas monedas representan la duración de su servicio en la Iglesia: se utiliza una moneda de oro para conmemorar cada año de su pontificado, una de plata por cada mes adicional que haya servido y una de bronce para cada día extra del aniversario que elige conmemorar. Este ritual no solo es un tributo a su legado, sino también una forma de honrar su dedicación a la Iglesia y a sus fieles.
El rito de cierre del ataúd del Papa Francisco está programado para llevarse a cabo el próximo viernes a las 20:00 (hora local) en la basílica de San Pedro. Este evento estará presidido por el Cardinal Camarlego, Kevin Joseph Farrell, quien junto con el decano de la Universidad Cardinal, Giovanni Battista, y otros seis cardenales, incluido el presbiterio Roger Michael Mahony y Dominique Mamberti, Protodiácono, así como Konrad Krajewski, serán los encargados de llevar a cabo esta solemnidad en nombre del Vaticano. La trascendencia de este ritual resuena a través de la historia de la Iglesia, simbolizando la transición hacia la eternidad, y la continuidad de la fe que une a la comunidad católica.