El cuerpo del Papa Francisco ha llegado a la venerada Basílica de San Pedro, donde permanecerá expuesto para que miles de católicos puedan rendir un emotivo homenaje y ofrecer sus últimas oraciones antes de la misa de Exequia, programada para el sábado 26 de abril. Este evento se anticipa como un momento significativo para la comunidad católica, que se congregará para expresar su profundo respeto y admiración por el líder espiritual que ha influido en sus vidas.
La procesión
La solemne procesión del Papa Francisco Kista tuvo lugar el lunes 21 de abril, el mismo día en que se anunció su fallecimiento. El recorrido hacia la Basílica de San Pedro fue un momento de profunda reflexión y conmemoración para todos los asistentes, quienes se unieron en un sentido de comunidad y pérdida. Fue un evento histórico, ya que los católicos de distintas partes del mundo tuvieron la oportunidad de despedirse de este querido pontífice, el primer latinoamericano en liderar la Iglesia Católica. La presencia de miles de fieles y admiradores fue un testamento de la huella que dejó en la vida espiritual de las personas.
El cardenal Kevin Farrell, quien ha asumido temporalmente la administración en el Vaticano hasta que se elija un nuevo Papa, tuvo el honor de dirigir la procesión. En un ambiente lleno de solemnidad, un grupo de diáconos portó el ataúd, mientras que una nube de incienso lo precedía, llenando el aire con un fragor místico. Mientras tanto, el coro de la iglesia resonó con el himno en la memoria de los santos, creando un ambiente de reverencia y homenaje que envolvía a todos los presentes.
El funeral
El funeral del Papa Francisco está programado para llevarse a cabo el sábado 26 de abril y se estructurará en tres momentos distintos, cada uno de los cuales se espera que refleje la importancia de su vida y ministerio. La ceremonia iniciará con una misa pública en la emblemática Plaza de San Pedro, donde se prevé la asistencia de miles de fieles católicos provenientes de diferentes países, así como dignatarios y jefes de estado quienes desearán rendir su respeto al Papa.
Después de esta misa pública, se realizará una ceremonia más íntima, donde estarán presentes los cardenales y aquellas personas que estuvieron más cercanas al Papa Francisco durante su vida. Este momento será una oportunidad para compartir recuerdos y reflexiones sobre su legado. Finalmente, una vez concluida esta segunda parte del servicio, el ataúd será trasladado a la Basílica Santa María La Mayor, donde se llevará a cabo el acto de sepultación, cerrando así un capítulo en la historia de la Iglesia Católica que ha sido impactante y transformador.