En la actualidad, el futuro de la Constitución se centra en un polémico caso que busca establecer de manera permanente el transfuguismo en la política. Este fenómeno permitiría a los parlamentarios cambiar de partido en un periodo determinado sin enfrentar consecuencias para sus asientos, un tema que, según sus autores, aboga por la libertad política. Actualmente, se encuentra en la tercera posición de la agenda legislativa y ha suscitado un gran interés durante las discusiones en curso.
Los defensores de esta iniciativa argumentan que si un parlamentario es parte de un Senado donde el clima político no le es favorable, es muy probable que se vea presionado a cambiar de partido. Sin embargo, esta propuesta solo ha sido discutida en dos de las ocho sesiones que se requieren para su aprobación, siendo la sala plenaria donde hay mayor interés en analizar la propuesta.
El compartimento aprobó la legislación sobre transfugismo en la primera ronda.
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Nostor Gómez
A pesar del respaldo que ha recibido esta propuesta conforme avanza el tiempo, ha enfrentado múltiples reparos desde su primera presentación en el Parlamento. Uno de los más vehementes críticos ha sido el Proyecto de Examen Electoral (MOE), que ha calificado esta iniciativa como un “golpe directo al sistema de partidos”.
En un comunicado, solicitaron al Senado que desestimara el “transfuguismo político permanente”. Querían expresar su preocupación dado el progreso democrático alcanzado gracias a las reformas políticas de 2003 y 2009, argumentando que tal medida podría abrir la puerta a la deformación del sistema de partidos políticos.
Consideran que esta práctica representa “una ruptura con el sistema de clases” y ignora el rol fundamental que juegan los partidos en las democracias. “Es absolutamente incompatible con el control político”, afirmó Alejandra Barrios, directora de Veeduría, resaltando que podría afectar gravemente el fortalecimiento de las instituciones partidarias y permitir que los representantes electos cambien de partido sin rendir cuentas a sus electores.
El compartimento aprobó la legislación sobre transfugismo en la primera ronda.
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Nostor Gómez
Con la apertura de este debate, comenzaron a surgir voces en contra del proyecto dentro del Senado. Uno de los primeros en pronunciarse fue el senador Carlos Fernando Motoa, quien ha sido seguido por otros parlamentarios como Angélica Lozano, representante de la comunidad verde, quien incluso ha comparado esta situación con la reforma que permitió al gobierno de Uribe abusar de estos mecanismos.
A juicio de algunos senadores, la transformación está motivada por cálculos para las elecciones de 2026, manifestando que todo ha sido legalizado en favor de intereses personales, lo cual han calificado como “conflictos de intereses”.
Por otro lado, los defensores de la propuesta, como el senador Alejandro Carlos Chacón, argumentan que esta reforma contribuirá al fortalecimiento del sistema de partidos, ya que las comunidades se han caracterizado por tener líderes que desmejoran las expectativas de sus miembros. Aseguran que la libertad de movilidad permitirá que las preocupaciones de los miembros se consideren, lo que podría ayudar a frenar cambios abruptos en el ámbito político.
El compartimento aprobó la legislación sobre transfugismo en la primera ronda.
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Nostor Gómez
Futuro en el departamento del Senado
Para quienes apoyan el proyecto, el Senado será el encargado de definir el futuro de esta controversial propuesta, ya que han sido protagonistas de debates ardientes, como los ofrecidos por Motoa y Lozano. Sin embargo, la iniciativa cuenta con el apoyo de diversas industrias y de personas cercanas al gobierno de Petro.
Vale destacar que una propuesta derivada de un partido que estableció el presidente hace casi dos años no ha logrado unirse, principalmente porque la CNE no ha clarificado los resultados de la División Mais; un tema que ha estado en el debate público desde el fin de semana y aún no ha sido concluido. Existen dudas acerca de cómo proceder ante la investigación que esta organización ha iniciado en relación al caso Petro. Si se toma este argumento en cuenta, sería difícil que se lograra la fusión de los partidos de izquierda, como el Polo Democrático.
Lanzamiento de fiestas individuales de un pacto histórico
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Sergio Acero. Tiempo
Ante esta situación, una posible solución, como plan B, sería utilizar el transfuguismo para concentrarse en la fuerza de una comunidad, actuando como una sola entidad.
A su vez, otros parlamentarios han mostrado interés en la posibilidad de reestructurar las fuerzas políticas. Por ejemplo, algunos que sienten que sus oportunidades están limitadas podrían buscar nuevas alianzas en comunidades que brinden más posibilidades. También se discute el caso de “Verde”, que no ha podido dividirse como deseaba.
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#Politiqueando con Maria José Pizarro
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Juan Sebastián Lombo Delgado
Político