La violencia y el horror se han apoderado de Tuluá, donde los asesinatos y atrocidades han llevado a la comunidad del Centro Valle del Cauca a enfrentarse a una situación crítica.
Andrés Felipe Hernández García, cuyo cadáver fue encontrado el 24 de abril en Tuluá. Foto:Archivo privado
Era el 24 de abril cuando las autoridades informaron sobre el hallazgo de la cabeza de un joven. Este fue identificado como Andrés Felipe Hernández García, quien había desaparecido en el distrito de Aguaclar, un área controlada por la banda “Inmaculada”.
La cabeza fue descubierta el jueves, en el distrito de Quintas en San Felipe, Tuluá.
Al transcurrir las siguientes 24 horas, el cuerpo sin cabeza fue hallado flotando en las aguas del río Tuluá, en la zona conocida como La Playita.
A pesar de que muchos creían que podía ser el cuerpo de otra víctima desaparecida, se determinó que no era la misma persona encontrada anteriormente. Tuluá se vio sacudida nuevamente por un segundo caso de este tipo. La nueva víctima fue identificada como Cristian Camilo Grajales Henao, quien contaba con 25 años.
Cristian Camilo Grajales Henao. Foto:Archivo privado
En esta región, se han registrado 16 homicidios entre el primero y el 27 de este año.
Crímenes similares atribuidos al grupo “Inmaculado”
Las autoridades están tratando de establecer si ambos asesinatos fueron vinculados, aparentemente motivados por represalias. Sin embargo, la ferocidad de estos crímenes recuerda a un acontecimiento terrorífico del 20 de junio de 2021, cuando un individuo llegó en motocicleta y arrojó una bolsa negra frente a una casa ubicada en las afueras de la comuna.
Cristian Camilo Grajales, encontrado en el río Tuluá. Foto:Archivo privado
Dentro de la bolsa estaba la cabeza de Santiago Ochoa, un joven de 23 años que había desaparecido el sábado anterior. Sus familiares negaron que él fuera el líder de la “primera línea” de los manifestantes frente al Esmad.
Santiago era un empleado de una tienda en Aguaclar y se encontraba cruzando la “frontera invisible” que estaba controlada por el grupo “Inmaculado”.
Poco tiempo después, el cuerpo de Hernán David Ramírez, un joven de 25 años, apareció flotando en el río Tuluá, completando un macabro ciclo de violencia que revivió los oscuros episodios de 2021.
Ahora, dos nuevos casos de cuerpos fragmentados han puesto nuevamente en el centro de la atención el río Tuluá, convirtiéndolo en una especie de tumba. Las autoridades, en colaboración con la policía del valle, un organismo especializado y la fiscalía, están investigando si este patrón de atrocidades está siendo repetido por criminales.
Los asesinatos de Cristian Camilo Grajales y Andrés Felipe Hernández García presentan similitudes evidentes con los crímenes de 2021, dado que ambos desaparecieron en zonas controladas por “Inmaculado”.
La detención del apodo ‘Papá’, vinculado a la masacre del Sábado Santo
Las autoridades lograron dar un golpe significativo al grupo criminal “Inmaculado” con la captura de Dedin Giovanni Ceballos Triviño, conocido como “Papá,” quien formaba parte de los criminales más buscados en la región y está vinculado a la masacre del 19 de abril en el distrito de Portales del Río.
La gobernadora Dilian Francisca Toro mencionó el caso durante una sesión de seguridad técnica en Tuluá, después de los recientes actos de violencia, y destacó cómo esta captura es el resultado del trabajo conjunto entre el gobierno, la policía, la fiscalía y la ciudadanía.
“En los últimos días se registraron 10 asesinatos, cuatro en áreas rurales y seis en el centro municipal. Uno de estos casos tiene aspectos que requieren una revisión profunda”, dijo Toro, resaltando la intolerancia hacia tales actos de violencia y la colaboración con la comunidad.
El coronel Pedro Pablo Astaiza, comandante del Departamento de Policía del Valle, explicó que el alias “Papá” se asocia con “Inmaculado”, un grupo criminal que ha operado durante más de cuatro años. Esta persona fue arrestada por un crimen de extorsión y se le vincula con un asesinato triple en la zona.
Las autoridades enfatizan la importancia de que la ciudadanía colabore, recordando que pueden reportar cualquier información al número 123 de la Policía Nacional, y mencionan que hay recompensas de hasta $50 millones por información relacionada con “Papá” y otros alias.
Las víctimas de la masacre
El sábado 19 de abril, la policía del Valle anunció un triple asesinato en el distrito de Tuluá, en la zona de Portales.
Jhon Jairo Córdoba, víctima de la masacre en Tuluá. Foto:Archivo privado
Según la policía, el tiroteo se desató alrededor de las 14:30, después del Sábado Santo, cuando muchos habitantes estaban disfrutando de la festividad. “Ese día, hombres armados ingresaron a una vivienda en el sector de Portales del Río”, informaron las autoridades.
En su comunicado, el departamento de policía del Valle condenó enérgicamente los actos que amenazan la vida, la seguridad y la convivencia pacífica de los ciudadanos.
Juan Camilo Jaramillo, otra víctima de este trágico hecho en Tuluá. Foto:Archivo privado
Una de las víctimas fue identificada como Jhon Jairo Córdoba, quien perdió la vida en el lugar. Córdoba trabajaba en una tienda de embutidos en el distrito de La Campiña.
Las otras dos víctimas también eran hombres, identificados como Juan Camilo Jaramillo, un ingeniero industrial de 26 años, y Robinson Carvajal, un constructor de 42 años.
Carolina Boorquez
Corresponsal de El Tiempo
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