El diputado del Senado liberal Mauricio Gómez Amín se tomó un momento para dialogar con El Tiempo tras la presentación del régimen del presidente Gustavo Petro. A pesar de que anticipa que su voto será negativo, reconoce que los cálculos sobre esta propuesta son considerablemente complejos.
“Percibo que el gobierno está actuando con una intensidad considerable, incluso asumiendo un tono amenazante como el que utilizó el presidente el jueves en la Plaza de Bolívar: ‘O aceptan la consulta o las personas los retirarán’. Creo que esto constituye una amenaza directa. El presidente ha ejercido una presión constante sobre la asamblea”, expresó el senador liberal, refiriéndose a la complicada situación actual.
Presidente Gustavo Petro con la espada de Bolívar Foto:Milton Díaz. Tiempo
Gómez Amín también expresó dudas respecto a la disponibilidad de recursos para varios programas clave de la nación. En este sentido, indicó que el gobierno planea destinar 700,000 millones de pesos para la consulta, una cifra que considera excesiva. “Lo que no comprendo es por qué, habiendo tantas necesidades, estos recursos no han sido invertidos en ayudas para la vivienda o en resolver la crisis de ICETEX, o por qué no han cubierto las subvenciones de servicios públicos”, añadió el legislador.
La pelota ahora está en manos del Senado: ¿cómo reciben solicitudes para la consulta?
Al introducir la consulta, parece que la crisis fiscal, de la que han hablado tanto los ministros de finanzas actuales y anteriores, no existe realmente. Gómez Amín cuestiona por qué esos recursos no se han canalizado hacia subsidios de vivienda o por qué no se han abordado las problemáticas con ICETEX, insistiendo en que el gobierno tiene ciertas prioridades que no coinciden con las necesidades de la población colombiana, especialmente de los más desfavorecidos. El legislador argumenta que las reformas que protegen los derechos de los trabajadores podrían aliviar la situación fiscal, ahorrando al estado un capital significativo.
El presidente Gustavo Petro en consultas populares en el Senado Foto:Noustor Gómez. Tiempo
¿Crees que es una forma de llegar a un consenso sobre la mejora laboral liberal?
Ya existe un consenso. Los conservadores, el partido “U” y el Centro Democrático han manifestado su intención de votar a favor. Esta reforma no solo ahorra al estado, sino que también protege los derechos de los empleados. No se ha negado que las mejoras son necesarias, pero deben basarse en criterios sólidos.
¿Cómo ve las cuentas para aceptar o negar la consulta?
Las cuentas son bastante ajustadas. Observamos un tono agresivo por parte del gobierno, como manifestado por el presidente el jueves en su discurso en la Plaza de Bolívar: ‘O aceptan la consulta o las personas los retirarán’. Esta afirmación me parece una amenaza directa. El presidente ha ejercido presión de manera constante sobre el Parlamento. La presión ahora no solo es contra la Comisión, sino también contra los derechos institucionales, los tribunales, e incluso los medios de comunicación y aquellos que piensan de forma diferente a él.
El diputado del Senado decidirá el futuro de la consulta. Foto:Nostor Gómez / Ceet
En su categoría hay varios parlamentarios del Senado que han resonado la consulta, ¿ha pensado en tomar una decisión bancaria?
No he participado en decisiones de clase durante un tiempo y no puedo comprometer las opiniones de otros miembros del Parlamento. Sé que, además de mí, el diputado del Senado Miguel Alas Pinto y Juan Pablo Gallo, también votarán en contra de la consulta.
Bolívar Square en Bogotá durante el discurso del presidente Petro Foto:Milton Díaz. Tiempo
Incluso la iglesia ha advertido que la consulta popular se siente incómoda en las elecciones, ¿crees que esto puede aumentar el conflicto?
Por supuesto. El jueves, en marzo, durante el Día de los Trabajadores, se delegó un suministro energético. El propio gobierno se presentó con una bandera política, creando cuestionamientos sobre su compromiso, ya que las preguntas planteadas en la consulta están diseñadas para polarizar aún más al país y cultivar un clima de odio. El presidente ha abrazado esta narrativa, pero con el objetivo de dividir y no de unir.
Mateo García
Centro
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