Tras los recientes ataques del presidente Gustavo Petro hacia el Parlamento durante su discurso en Plaza de Bolívar, la senadora Nadia Blel se pronunció sobre las amenazas emitidas por el mandatario y reafirmó que, desde el Senado, continuarán discutiendo la iniciativa sin dejarse amedrentar.
Usted ha sido uno de los parlamentarios mencionados repetidamente por el presidente. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Frente al discurso del presidente de ayer, es evidente que todos debemos reconocer que el daño no solo proviene de la muerte de Alberto, sino de las numerosas tragedias que han tocado a policiales en estos lamentables eventos. Lo realmente preocupante es que el presidente use las muertes de ciudadanos para manipular la realidad y desvirtuar las opiniones de quienes disienten de su postura. Este tipo de accionar no es solo irresponsable, sino que también es peligroso. El presidente debe recordar que es el líder de todos los colombianos y que, en lugar de sembrar discordia, tiene la obligación primordial de proteger a su ciudadanía, incluido a aquellos que no están de acuerdo con él.
El presidente Gustavo Petro llegó a Plaza de Bolívar con la espada Liberator. Foto:Milton Díaz. Tiempo
Es él quien debe respetar a los primeros comandantes como Basters; deben ser honrados, y se les debe reconocer su esfuerzo diario en la protección de todos nosotros. Ayer, desafortunadamente, no observamos un presidente que honre esta labor, sino a alguien que evade sus responsabilidades, abusando de su posición para fomentar la polarización. Sus amenazas y mentiras ponen en peligro no solo nuestra labor como parlamentarios, sino también la seguridad de nuestras familias.
¿Cómo percibe los últimos discursos del presidente?
He observado que su tono se ha vuelto cada vez más agresivo; no se trata solo de un intento de poder, sino de un comportamiento que puede considerarse delictuoso. Este tipo de retórica amenaza la independencia del Congreso, presionando a los legisladores para que no tomen decisiones con libertad. En este contexto, muchos esperamos que el mandatario reconozca las dificultades que enfrentan los oficiales de policía, especialmente en un momento tan crítico para la salud pública y la seguridad de nuestras comunidades. Sin embargo, lo que vimos fue una desconexión absoluta de su parte.
¿Qué piensa sobre el clima actual en torno a la consulta popular?
A mi juicio, el presidente ha utilizado múltiples canales para intentar socavar la labor del Parlamento. No solo lo ha hecho a través de discursos, sino también mediante sus redes sociales y utilizando recursos del Estado, como la televisión y otros medios institucionales. Su objetivo parece ser intimidar y amedrentar a los legisladores para restaurar su control sobre la autoridad pública independiente. No obstante, nosotros somos representantes del pueblo colombiano, y no podemos ceder ante el miedo, las amenazas o la descalificación. No es justo que el presidente intente poner en duda nuestras decisiones simplemente porque no coinciden con su agenda; los cambios fundamentales deben surgir de un diálogo constructivo y no de imposiciones coercitivas.
El presidente Gustavo Petro se estableció en consultas populares en el Senado Foto:Noustor Gómez. Tiempo
Su habitual práctica de amenazar es un indicativo de que ha olvidado la importancia de escuchar y organizar el debate público. Por eso creo que, hoy más que nunca, el Senado tiene una importante responsabilidad hacia los colombianos: actuar con libertad frente al miedo y reflejar el verdadero sentir de la nación, que no siempre coincide con el presidente.
Recientemente denunció haber sido víctima de acoso en su hogar en Cartagena. ¿Considera que esto es consecuencia de las palabras del presidente?
Sin duda. Lo que sucedió en mi casa involucró no solo a ciudadanos comunes, sino a funcionarios que forman parte de este gobierno, no solo colegas de la Cámara de Representantes. Esta situación se torna peligrosa, ya que el discurso del presidente debería estar orientado a construir y proponer, no a generar un clima de terror. Es alarmante ver cómo se fomenta el odio y la violencia cuando debemos encontrar consensos para abordar las necesidades del pueblo colombiano.
¿Cuál es su opinión sobre la consulta popular?
En virtud de lo que hemos discutido, puedo representar a la clase conservadora en esto. Cuando llegue el momento adecuado, tomaremos decisiones responsables, siempre pensando en el bienestar de nuestra ciudadanía. Personalmente, siempre he creído que la consulta popular parece más un ejercicio político que una verdadera solución a las necesidades de los trabajadores. Defendemos la voluntad soberana de la gente y asumimos la responsabilidad de su participación. Desde la Séptima Comisión, hemos abierto las puertas para que los ciudadanos, sindicatos y diversas industrias puedan participar en las decisiones legislativas que nos conciernen.
Fotos de las cámaras de seguridad compartidas por el diputado del Senado. Foto:Pantalla
Por eso …
La participación de los ciudadanos no se opone a nuestra labor como parlamentarios; somos conscientes de su derecho a involucrarse. Lo que no es correcto es que este derecho a la participación se convierta en una forma de manipulación. Veo este enfoque más como una estrategia política del presidente, en lugar de buscar soluciones, porque las necesidades de seguridad en nuestras regiones y ciudades son urgentes. La crisis de salud ha escalado y recursos de más de 700,000 millones de pesos podrían atender muchas de las necesidades de los colombianos si el presidente se esforzara verdaderamente en la gestión. La solución no radica en presionar, sino en dialogar y comprender las realidades de nuestra nación.
¿Cree que el Senado estará dispuesto a rechazar las consultas populares y hacer pequeñas mejoras para el Partido Liberal?
En cuanto a la reforma laboral, hemos dado garantías en el proceso legislativo, como sucede con otros proyectos que están bajo nuestra consideración. En este momento, estamos a la espera de nuevas instrucciones del presidente. La semana pasada recibimos un mensaje urgente y ahora estamos atentos a las decisiones que se tomen. Lo que realmente percibimos es que hay un contexto gubernamental que necesita ser comprendido, pues, aunque se prioriza la consulta, no se aborda adecuadamente la problemática del desempleo y la informalidad laboral.
El documento fue presentado al Comité de la Séptima División. Foto:Archivo privado
¿Y piensa que la consulta ha sido instrumentalizada por este entorno?
Definitivamente, esta consulta parece más una campaña que un genuino interés por mejorar la situación de nuestra gente. Por ejemplo, se critica la realización de audiencias públicas y talleres técnicos donde se escucha la voz del pueblo. Pero, cuando se trata de iniciativas del Parlamento que buscan el mismo objetivo, se descalifican. Esto representa una falta de coherencia por parte del gobierno. ¿Por qué, cuando ellos proponen, la participación es válida, pero cuando nosotros lo hacemos, es grosero? La consulta pública es un ejercicio esencial y necesario. Aún más, hay una evidente falta de propuestas sólidas en la reforma laboral para abordar la crisis del desempleo y la informalidad.
En cuanto a la situación fiscal …
Del mismo modo, es inconsistente que el gobierno, en procesos cruciales como la reforma laboral y de salud, asegure tener el respaldo fiscal necesario para implementar cambios significativos. Observamos que en la consulta se menciona la creación de fondos destinados a mejoras, pero al final, el Ministerio de Finanzas no proporciona los recursos comprometidos. En última instancia, creo que esta consulta, como otras propuestas del gobierno, son meras promesas vacías, que juegan con la esperanza de los colombianos en lugar de ofrecer soluciones reales para las crisis de salud y empleo que enfrentan.
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El gobierno hizo preguntas de la consulta popular. Foto:
Mary Alejandra González Duarte
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