El Presidente del Senado, Efraín Cepeda, ha dirigido una carta al Viceprimer Ministro del Senado, Diego González, donde confirma la situación relacionada con la Comisión que se dispondrá a discutir la reforma laboral, recientemente reactivada por el Parlamento. Esta discusión se llevará a cabo en lo que se conoce como el Cuarto Comité, uno de los dos comités económicos presentes en el Senado. La relevancia de esta comisión se debe a que en ella se abordarán temáticas esenciales relacionadas con la economía del país y, por lo tanto, serán debatidos los aspectos fundamentales del mencionado proyecto de reforma.
En su comunicación, Cepeda expresa: “Solicito amablemente el procedimiento que corresponde al proyecto (…) y lo refiere al Cuarto Comité Constitucional del Senado para su estudio y procesamiento”. A través de esta solicitud expresa su deseo de que la reforma laboral sea tratada de manera expedita y adecuada. Este Cuarto Comité está compuesto por una mezcla de miembros, aunque cuenta con varios oponentes de la oposición, lo que convierte el proceso en un verdadero juego de ajedrez político.
Es relevante que, a pesar de la composición mixta de este comité, el gobierno, hasta el momento, se ha enfrentado a desafíos significativos en la aprobación de reformas. Por ejemplo, la última propuesta presentada por el gobierno de Gustavo Petro, correspondiente al presupuesto de 2024, fue rechazada al final del año anterior. Esta situación ha generado una serie de dudas y críticas sobre la efectividad de la Comisión en cuanto a la aprobación del proyecto de reforma laboral que ahora se discute.
Panorama de la reforma
La propuesta presentada por Gustavo Petro se enfrenta a serios obstáculos. No será un camino fácil, especialmente tomando en cuenta la complicada situación política que ha surgido tras la derrota en la consulta popular y la creciente tensión en el Senado. Este ambiente confrontacional se ha visto intensificado, en parte, a raíz de declaraciones recientes por parte del presidente Petro, sumadas a la presión del tiempo que enfrenta el gobierno para que la reforma sea aprobada.
El plazo es ajustado: el proyecto tiene menos de cinco semanas —hasta el 20 de junio— para ser discutido y aprobado en dos fases distintas: primero en la Comisión y posteriormente en el Parlamento. Además, será necesario conciliar las diferentes versiones del texto, lo que complica aún más el proceso y reduce el margen temporal disponible para las operaciones legislativas.
Esto implica que el gobierno tiene únicamente 36 días para movilizar sus recursos y coordinar esfuerzos en la autoridad legislativa, un objetivo que se presenta, por diversas razones, como una tarea difícil. “Las reformas se hunden con la suma de factores que van desde el método de gestión hasta la incapacidad del gobierno para lograr construir una mayoría sólida”, comentó Gabriel Cifuentes, un experto en la materia.
Juan Sebastián Lombo Delgado
Político