El día sábado 17 de mayo comenzó de manera trágica en el área de San José del Pando, al sur de Santa Marta. A las 4:30 de la mañana, el sonido de disparos quebró la tranquilidad de los vecinos, quienes se despertaron en medio del caos. Un grupo enmascarado irrumpe en una vivienda en busca de un hombre apodado “El Mono”, desencadenando un ataque que tendría consecuencias devastadoras.
En medio de este violento asalto, una mujer de 92 años, identificada como Inés Mercedes Manga Rodríguez, fue mortalmente herida. Ella se encontraba descansando con sus familiares, ajena a la tragedia que se avecinaba, hasta que los agresores comenzaron a disparar sin piedad, sin poder localizar al individuo que buscaban. En el lamentable incidente, también se vio afectada su nieta, María Claudia Ulloa Correa, y su pequeña bisnieta, de 10 años, quienes fueron trasladadas de urgencia al Centro Médico, donde permanecen bajo observación médica.
Un fuego cruzado temprano en la mañana
Testigos del horrendo suceso reportaron haber escuchado al menos veinte disparos, seguidos del rugido de varias motocicletas que rápidamente se alejaban del lugar. Con el intercambio de disparos en el aire, los vecinos, horrorizados, salieron de sus casas solo para enfrentarse a una tragedia: una anciana sin vida en su cama tras las balas perdidas, mientras su nieta y su bisnieta luchaban por sus vidas.
Ciudad panorámica de Santa Marta. Foto:Civitatis
Los delincuentes parecieron dejar un mensaje claro para “mono” Ulloa, quien tiene supuestas conexiones con redes criminales en la ciudad y ha sido objeto de ataques previos. Instancias similares han golpeado a su familia, ya que sus hijos, Carlos e Iván Herrera, fueron asesinados en circunstancias trágicas y similares justo fuera de su hogar. La violencia ha regresado, esta vez con la muerte de su madre y su hija.
La violencia no da una tregua
Este ataque se suma a una alarmante serie de asesinatos que han tenido lugar en los distritos del sur de Santa Marta. En los días previos, el miércoles 14 y el viernes 16 de mayo, un hombre conocido como Lewis Meriño Gutiérrez fue asesinado cerca de la iglesia del barrio de Maria Eugenia. En este ataque, una mujer inocente fue herida. Al día siguiente, Cizer Mejía Paz fue ultimado en el sector de El Pando.
El 2 de agosto, otro hombre, Omar Alarcón, también encontró la muerte en María Eugenia. Esa misma noche, cinco jóvenes que se encontraban en una esquina fueron atacados por sicarios en motocicletas, dejando a dos más en estado crítico. Todos estos sucesos están relacionados con la lucha por el control entre pandillas criminales, que compiten por áreas estratégicas en el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas.
Presencia militar en el área
Ante la preocupante escalada de violencia, el alcalde Carlos Pinedo Cuello ha decidido incrementar la presencia de las fuerzas de seguridad pública en los distritos del sur. Soldados y unidades de la Policía Metropolitana fueron desplegados en puntos estratégicos de la ciudad con el fin de frenar esta ola de violencia.
El ejército ya está presente en el área. Foto:Redes sociales
“No permitiremos que los delincuentes siembren el terror en nuestras comunidades. Nuestras instituciones están trabajando arduamente, y no descansarán hasta que logren restaurar la paz en estos sectores”, declaró el alcalde. Sin embargo, los residentes viven en una atmósfera de temor constante, sintiéndose atrapados entre el fuego cruzado. Muchos expresan su preocupación, buscando garantías de seguridad. “Somos inocentes que sufren por esta violencia. Ni siquiera podemos dormir tranquilos”, comentó un habitante del barrio de El Pando.
Vida marcada por un crimen
La muerte de Doña Inés ha provocado un profundo impacto en la comunidad. Era reconocida por su alegría, vitalidad y carisma. A pesar de su edad avanzada, se mantuvo activa y querida por sus vecinos. La tragedia no era ajena a su vida: en 1996, durante el Día de la Madre, sus tres hijas perdieron la vida en la comuna de Ciénaga, su lugar de origen.
Su experiencia refleja el devastador efecto de la violencia en Santa Marta, que no distingue entre edades o inocencia. Hoy, su nombre se agrega a la lista de víctimas de esta guerra urbana que ha dejado a buenos ciudadanos atrapados en medio del conflicto. Las autoridades continúan investigando, pero los ciudadanos de Santa Marta exigen acciones inmediatas y efectivas que devuelvan la paz y la seguridad a sus vidas.
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Capturando “Gardel”, ex cantantes Foto:
Roger Urieles durante Santa Marta. En x @Rogeruv [email protected]