En el vibrante corazón de Plaza de Bolívar en Bogotá, en un entorno repleto de energía y concentración propia de un día laboral, El presidente Gustavo Petro se dirige a sus seguidores antes de establecer una consulta popular en el Senado.
La intervención del presidente comenzó con un llamado a la consulta popular, un mecanismo que busca revivir aspectos de la reforma laboral que fracasó en el Senado, específicamente durante las circunstancias legítimas VII. Este esfuerzo resalta la importancia que el mandatario otorga a la participación ciudadana en la formulación de normas laborales que afectan a todos los colombianos.
Durante su discurso, el presidente también lanzó una crítica al Parlamento, destacando que él estaba volviendo a la gente involucrada en los asuntos de interés nacional. “La ciudad levanta la bandera de Bolívar, que se ha convertido en un símbolo de lucha y resistencia “, dijo el presidente, mientras sostenía la espada del libertador Simón Bolívar en la plaza, una imagen potente que resonó con los presentes.
“No habrá ningún paso atrás, escuchen bien. Este es un asunto de libertad y de un nuevo periodo para nuestro país”, enfatizó. El presidente continuó declarando firmemente: “Nosotros estamos decididos, soy el presidente de Colombia, el Jefe y General del Pueblo, elegido por la voluntad popular. Es momento de determinar si realmente existe una democracia en Colombia, o si debemos reformar nuestras instituciones”.
“Katherine, Cathy y ¿qué se llama?, Mary Fernanda, todos ustedes sirven a esta ciudad y no deben lamentarlo”, afirmó de manera directa. “Soy el servidor de esta ciudad, actúo en beneficio del pueblo. Entonces, ¿qué temen? ¿Por qué no se aventuran a observar la realidad de la ciudad?”. En una invitación abierta, el presidente instó: “"Establecí toda la competencia presidencial, pero vengan a observar la ciudad de cerca."
Consulta Popular
El presidente, en una rápida transición, propuso la realización de una consulta popular, cuestionando por qué se establece que en Colombia el día termina a las 6 de la tarde. “Si la ciencia no lo avala, que me lo digan el Sr. Cepeda y el Sr. Pinto, del Senado, y también los evangélicos. Déjenme saber si en realidad se considera que el día en nuestro país concluye a esa hora, a la luz de la ciencia, entonces, ¿por qué se les paga a los trabajadores que laboran después de las 6 de la tarde con salarios tan miserables?”.
En este sentido, instó a los ciudadanos a levantarse temprano para llevar vino tinto a Cepeda, Pinto y los grandes industriales que manejan el país. “Mientras ellos piensan, oh, esto va a causar un enfrentamiento, debemos rechazar la consulta. Si no aceptan la consulta, por supuesto que no haremos nada”, matizó en su arenga.
Sin embargo, advirtió que si se niegan a la consulta, “la gente se unirá para retirarlos”, y subrayó que no entraría en una disputa masiva, sino que abogaría por un cambio en las elecciones de marzo. “La gente no volverá a votar por ellos”, recalcó.
“Usaremos la democracia; ningún miembro del Parlamento que vote en contra de la consulta popular será elegido nuevamente en Colombia, porque nadie los respaldará”. A medida que su discurso avanzaba, también acusó rápidamente al Parlamento, en particular a Nadia Blel y Miguel Ángel Pinto, de tener responsabilidad en los crímenes perpetrados por las fuerzas armadas colombianas en Cauca.
Al final, el presidente leyó las 12 preguntas de la consulta y aseveró que aquellos que se nieguen a aceptarlas eran “esclavos de sus propias decisiones”.
Mateo García
Centro