
Cuando Alexander Díaz formaba parte de la exguerrilla de las FARC, encabezaba espectáculos de danza y teatro en plena rebelión.. Llegó allí a los ocho años y, además de este cargo, desempeñó trabajos relacionados con la comunicación, la odontología y la enfermería. Ingresó al proceso de paz en 2016, cuando el gobierno nacional y las FARC-Ep firmaron el Acuerdo de La Habana. Hoy es uno de los firmantes que forman parte del Espacio Territorial de Capacitación y Reinserción (ETCR) Urías Rondón en El Doncello, Caquetá. Se trata de un territorio especial creado para facilitar la transición de los ex militares a la vida civil.
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Este municipio se encuentra a más de una hora en auto desde Florencia y pasa por los municipios de La Montañita y El Paujil. El recorrido discurre por un paisaje donde destacan la sierra oriental, el paradero de quesos, el arreo de ganado, el río y el barranco. Un escenario que, aunque no lo demuestra de inmediato, está marcado por las heridas del conflictoquienes hoy intentan sanar en medio de un ambiente que continúa afectado por la presencia de grupos armados.
Pastizales alrededor del ETCR Urías Rondón en El Doncello, Caquetá. Imagen:ESTEBAN MEJÍA
En este momento, El departamento cuenta con la presencia de la “Segunda Marquetalia” y otros grupos disidentes de las FARC como los bajo el nombre de “Calarcá” e “Iván Mordisco”, tras el incumplimiento del “Estado Mayor Central”. Esto, de acuerdo con información de la Alerta Temprana 001 de 2025 de la Defensoría del Pueblo. En otro aviso, 013 de 2025, este organismo catalogó como “prioritario” el llamado a la acción estatal en El Doncello.
Después de unos 12 años en la rebelión, Alexander dice que cuando él y sus camaradas llegaron a la vida civil, lo hicieron con una comunidad. “lleno de discriminación, prejuicios y estereotipos; fue incluso más duro que disparar”. Según él, de los 300 firmantes que estaban en el ETCR, 106 permanecen debido a varios factores, entre ellos “desobediencia del estado”. Sin embargo, también destaca que “hay muchas oportunidades” y que pudo terminar el bachillerato y graduarse como veterinario.
Alexander Díaz, Secretario de Paz en El Doncello, Caquetá. Imagen:ARN
Alexander continúa enfocándose en las artes y la cultura mientras enseña a jóvenes de diferentes campos.: “Monto coreografías, hay competencias muy sanas en el centro cultural del municipio y no he tenido problemas con que mis muchachos consigan el primer o segundo lugar. Porque lo que armo es con mucho sacrificio. Los regaño mucho pero es con buena intención, para que aprendan y entiendan los pasos y las expresiones”, señala entre risas.
Entrega a domicilio
El 13 de noviembre se celebró una entrega simbólica de viviendas a los 106 firmantes de este ETCR.en un evento encabezado por funcionarios de la Agencia para la Reconciliación y la Normalidad (ARN), el Ministerio de Vivienda, Naciones Unidas, el alcalde de El Doncello y otras entidades. Junto con la casa, recibieron títulos de propiedad del terreno, lo que les permitió tener ese espacio. Total, La inversión fue de 11.860 millones, de los cuales la ARN aportó 5.000 y el resto casi 7.000 fue aportado por el Ministerio de Vivienda.
Alejandra Miller, directora general de ARN, en el evento en El Doncello. Imagen:ARN
Alejandra Miller, directora general de ARN, destaca que “Casi el 90 por ciento de los 11.600 firmantes siguen comprometidos con la paz y la democracia.” y que la entidad “monitorea sus procesos educativos y productivos”. También señaló que Durante esta administración se han entregado casi 18.000 hectáreas de tierra, frente a las 800 de administraciones anteriores, según cifras de dicho organismo.: “Todavía queda un largo camino por recorrer, sin duda, pero los avances significativos en el proceso muestran la esperanza y la posibilidad de que este compromiso arraigue mucho más”, añade.
Las casas entregadas son de ladrillo y tienen techo azul. Tienen una distancia de unos veinte metros entre ellos para cumplir con los requisitos de las zonas rurales. Algunas están en construcción o siendo renovadas por nuevos propietarios, mientras que otras cuentan con muebles y electrodomésticos. Incluso hay algunas tiendas de comestibles que también funcionan como despensas. Están divididos en dos sectores que están conectados por un camino de terracería. Entre ellos hay más campos y un jardín donde juegan los niños. Los perros de la comunidad también los siguen.
Las historias de la gente.
Secretarios de Paz durante acto de entrega de vivienda en El Doncello, Caquetá. Imagen:ARN
La manera de estar en esta zona ha tenido dificultades. Los vecinos del ETCR Urías Rondón fueron evacuados de su espacio asignado, en La Macarena, Meta, por motivos de seguridad. Por lo tanto, llegaron a este territorio el 17 de diciembre de 2021. Sus vidas estaban amenazadas, al igual que los casi 600 firmantes que han sido asesinados desde el acuerdo.
Vicente Vargas González, líder de esta comunidad, afirma que “la implementación fue muy difícil, sobre todo cuando para firmar la paz y tener un compromiso con ella, murieron 563 personas, cosa que no tuvimos durante la guerra”.. Añade que en general “la guerra es más fácil que la paz”, pero que están comprometidos con lo acordado: “Hemos asumido un compromiso y lo decimos en serio, ¿quién no quiere vivir en paz? Pero este compromiso nos ha costado muertos y desplazados de las distintas regiones y eso nos preocupa”.
Vicente Vargas González, líder comunitario del ETCR Urías Rondón Imagen:ARN
De hecho, agrega que tienen reglas claras de convivencia para evitar malestares dentro del ETCR y que han podido participar y estar representados en espacios como las Juntas de Acción Comunal (JAC).: “Aquí nadie puede faltarle el respeto o maltratar a alguien, si eso pasa es una sociedad que llama la atención, y con las comunidades que nos rodean, obedecemos los mandatos de la JAC y otras organizaciones: víctimas, estudiantes, docentes. (…) construimos a través de la asociación de JACs; “Estamos involucrados en todo lo que se mueve aquí desde una perspectiva organizacional.
Las viviendas entregadas son parte de la promesa del acuerdo, que también incluye terrenos y apoyo a proyectos productivos. Se trata de programas económicos para generar empleo e ingresos en las regiones y así facilitar la reintegración a la vida civil.. En el ETCR tienen proyectos relacionados con el turismo, la ganadería y la piscicultura.. Sin embargo, Vicente también confirma que “no acuden a las convocatorias” porque se ven obligados a “protestar a los empresarios y al trabajo político normal, que atiende este tema de raíz”. Añade que “no están en condiciones de afrontarlo”.
Algunas de las familias ya han plantado terrenos a su alrededor. Imagen:ARN
A pesar de los desafíos, Vicente llama a seguir con la paz: “Es posible si todos luchamos por ella, si hay un compromiso donde todos decimos la verdad. Sin verdad nada es posible”.Dice que pasó 27 años en la rebelión y habla de cómo la guerra se llevó “amigos, estudiantes, agricultores y patrones”. A su voz crítica se suma la de otros firmantes, como Francy Lorena Sandoval: “No se ha cumplido todo lo que se firmó en el acuerdo. Llevamos nueve años y hasta ahora se han adherido, no quiere decir que estemos satisfechos (…) queremos que el país funcione”, señala..
Otros que no viven allí, pero que de alguna manera han sufrido la guerra, también están conectados con el ETCR. y, sin embargo, han elegido el perdón y la construcción de la paz. Se trata de la maestra Lina María Cediel, quien se encuentra refugiada por la violencia, quien enseña música a niños que viven en la zona.. Es hija del maestro Hernando Cediel Valencia, de quien heredó su pasión por esta manifestación artística. “La guerra hace que el arte quede a un lado, pero si intentamos llegar allí, hay muchos niños que, en lugar de empuñar un arma, lo hacen con un instrumento. Aprenderán a compartir con los demás porque la música enseña eso, a trabajar en equipo, a ganar”, afirma la docente.
Secretarios de paz durante entrega de vivienda Imagen:ARN
El intendente de El Doncello, Jair Díaz, habló desde su historia de vida: “No debería haber el más mínimo estigma sobre las personas que firmaron la paz. Soy víctima del conflicto armado, las FARC mataron a mi hermano (…) No lo he olvidado, pero me impulsa a la reconciliación y no tengo el más mínimo problema, esa fue otra historia”, afirma el alcalde.
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Las viviendas entregadas suponen un paso más hacia la plena integración en la sociedad civil de estas 106 familias, que siguen comprometidas con el cumplimiento del acuerdo de 2016.. Según la ARN, “representan la construcción de confianza, la promoción de la paz y el compromiso con la estabilidad de las familias que decidieron apostar por un nuevo comienzo desde la legitimidad”.
ESTEBAN MEJÍA SERRANO
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIVALOR DE EL TIEMPO

