Después del emotivo funeral del Papa Francisco, quien falleció a la edad de 88 años, comienza un proceso crucial en el ámbito de la Iglesia Católica: la elección de su sucesor a través del Cónclave, un evento caracterizado por su gran secretismo y solemnidad.
Según informes web/ln, el Vaticano ha comunicado la triste noticia de la muerte del Papa Francisco, reconocido como el primer pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia, quien falleció en Colombia en las primeras horas de la mañana. Este trágico evento da inicio a las ceremonias y procesos que último culminarán en la elección de un nuevo líder espiritual para millones de católicos alrededor del mundo.
En el contexto de este proceso, 139 cardenales se reunirán en el Cónclave para asumir la responsabilidad de elegir al nuevo Papa. Cada cardenal en esta asamblea es crucial para determinar quién guiará la Iglesia en los tiempos venideros.
El cónclave
El Colegio Cardenalicio, que fue establecido en 1150, está compuesto actualmente por 252 cardenales en total. De estos, 139 tienen derecho a voto, ya que son menores de 80 años. Estos cardenales no solo votan, sino que también son elegibles para ser elegidos como el nuevo líder de la Iglesia Católica, lo que subraya la importancia de cada uno en este complejo proceso.
“El Cónclave es un acto profundamente espiritual donde los cardenales, quienes son los pastores más experimentados y capacitados de la Iglesia, eligen a la persona que se convertirá en el líder supremo de la Iglesia Católica, es decir, el Papa. Durante este ritual, las votaciones se realizan en una serie de sesiones donde, generalmente, se llevan a cabo dos votaciones al día: una por la mañana y otra por la tarde”, explica José Luis Meza, profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Javeriana.
Fumar en blanco y negro
Un aspecto muy simbólico del Cónclave es el uso del humo, el cual sirve como señal para el público. Si tras las votaciones no se alcanza la mayoría de dos tercios necesaria para elegir a un nuevo Papa, se produce humo negro, indicando que aún no se ha llegado a un consenso. Esta señal es observada atentamente por los numerosos fieles congregados en la Plaza de San Pedro, así como por millones de espectadores en todo el mundo a través de la televisión y otros medios de comunicación.
Cuando, finalmente, se logra alcanzar un acuerdo entre los cardenales y se obtiene la mayoría requerida, se libera humo blanco. Este es el momento esperado en el que el anuncio oficial de la elección se realiza desde el balcón de la Basílica de San Pedro. En esta ceremonia, uno de los cardenales proclamará en latín “Habemus Papam”, confirmando ante el mundo el nombre de la persona que ha sido elegida como el nuevo líder de la Iglesia Católica.