Camilo Carranza Ariza, un joven que hoy tiene 23 años, vivió: historia de resiliencia y al mismo tiempo desanimado.
En 2018, cuando solo tenía 16 años y era estudiante de secundaria, pTuvo un accidente mientras andaba en bicicleta.
Inmediatamente su diagnóstico fue demoledor: Traumatismo craneoencefálico severo con daño axonal difuso. Daño cerebral y lesiones del mesencéfalo. En medicina, las posibilidades de supervivencia eran mínimas.
Camilo se graduó de bachiller en música Foto:UIS
Los médicos les dijeron a los padres de Camilo que la única opción era que se quedara en estado vegetativo o cuadriplejía.
Incluso durante una de las tantas pruebas que le realizaron para que pudiera seguir luchando por su vida, expertos de, entre otros, Hospital Internacional de Colombia (HIC), donde estaba internado se enteraron de esto Sólo tenía tres días. Esto significa que sus posibilidades de supervivencia eran prácticamente nulas y el acto de despedida tenía que producirse lo antes posible.
Sin embargo, la familia se unió en una cadena de oración y mantuvo una esperanza que no podía explicarse científicamente. Después de este devastador diagnóstico Camilo comenzó a dar leves signos de recuperaciónNo hay reacción en tu cuerpo.
“No me hicieron ninguna cirugía, tuve que esperar Estuvo tres días o en estado vegetativo, provocando cuadriplejía.. Los médicos le dijeron a mi familia que mientras estaba en coma, “Aférrate a Dios” es lo único que te puede salvar En mi familia somos muy piadosos”, dice Camilo,
Como eran al principio Tres días de vida se convirtieron en un mes de hospitalización. Durante este tiempo, el diagnóstico empezó a volverse más optimista.
A Camilo, egresado de la UIS, le diagnosticaron tres días de vida Foto:UIS
La familia de Camilo puso todos sus esfuerzos en brindarle terapia para asegurar su paulatina recuperación. Nada fue fácil; todo fue muy complicado en este doloroso proceso, con momentos en los que pensaron en darse por vencidos.
Pero cada pequeño avance, tanto para la familia como para Camilo, ayudó a que esto sucediera. Continuó convirtiéndose en un milagro.
De esta manera Camilo se recuperó y durante su recuperación logró graduarse de la secundaria. Posteriormente ingresó Universidad Industrial de Santander.
Su deseo era ingresar a la Facultad de Ingeniería Mecánica, pero su puntaje en las pruebas del ICFES no fue suficiente. Sin embargo, logró ingresar a la universidad. Licenciatura en Música, una carrera que se convirtió para él en una auténtica terapia de rehabilitación.
Camilo, egresado de la UIS, antes de su accidente en bicicleta Foto:UIS
Finalmente, a través de la ciencia, Camilo encontró esperanza. Volvió a encender las luces interiores. restaurar las conexiones neuronales. tuve que aprender a caminar y hablar de nuevo y realizar otro tipo de actividades que normalmente harían antes de los 16 años.
Camilo, por Licenciatura en Música, descubrió el camino una persona puede sanar y rehabilitarse.
Su tesis se tituló “La música como medio de apoyo funcional para la rehabilitación física en personas que han sufrido daño cerebral adquirido.
Ahora, como profesional y con su experiencia en resiliencia, se ha convertido en uno una voz de esperanza para quienes enfrentan un diagnóstico poco reversible o mínimamente esperanzadora, demostrando que siempre existe la posibilidad de recuperación.
“Todo era el plan de Dios, el plan de Dios, Tuve que pasar por esto para decirles a mis pacientes, Este es el orden de las cosas, estudia las cosas. Hacer esto vivirlo de primera mano te da experiencia, no tuve efectos secundarios, estoy harto, ya me despidieron”, relata a este medio.
Camilo Carranza ayuda a la gente a través de la música Foto:UIS
Actualmente Camilo trabaja con hijo del exalcalde de Bucaramanga, Luis Fernando Vargasquien tuvo un accidente hace muchos años en quad en Ruitoque y quedó tetrapléjico.
Este paciente que pasó para muchas operaciones y el tenia respuesta neuronal débil, Mostró una ligera mejoría gracias al proceso de rehabilitación en el que participó Camilo como parte de su proyecto de diploma.
“El pediatra le dijo a mi familia que lo único que podía ayudarlo a desarrollarse era la música, tocarle música.En ese momento todavía estaba inconsciente”.
Hoy Camilo participa en congresos internacionales sobre terapias artísticas y creativas, donde a través de la experiencia y conocimientos en el campo del arteterapia, musicoterapia, danza-movimiento y teatroterapia, ayuda a otras personas en procesos de curación.
“Veo mejoras en la funcionalidad de mis pacientes y estudiantes.todo es un proceso, mucha gente no lo entiende, el proceso puede tardar tanto como lo hizo, en mi caso fue rápido. Por ejemplohubo daño cerebral, y esto no nos permite decir, una el brazo no tiene movimiento, Gracias a mi terapia o estrategias logro mantener la funcionalidad de este brazo, al cuarto día hay movilidad, el paciente lo jala voluntariamente, esto es un avance porque le está aplicando fuerza”, dice, señalando que también está certificado en rehabilitación neurológica en Estados Unidos.
Melissa Múnera Zambrano
Corresponsal de EL TIEMPO – Bucaramanga.
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