27 de enero de 1991, dos días después del asesinato de Diana Turbay en Medellin en manos de “Los progresos”, luego el director de El Tiempo, Hernando Santos, escribió una carta al periodista. En él, se refirió a Turlay como una mujer ejemplar y describió el crimen como una gran pérdida para el país. La paz de Colombia una vez más parecía coloreada por la violencia contra las voces que con cada informe trató de preservarlo.
34 años después, como en una muestra de repetición constante de la historia y la violencia que parece estar asociada con la presencia de Colombia, es el hijo de Diana, Miguel Uribe, quien lucha por su vida después de ser atacado en su vida el sábado 7 de junio en la ciudad de Fontibon en la capital de Columban.
En esta ocasión, es Francisco, el hijo de Hernando Santos, quien imita la intención de su padre de levantar la voz, se dirige al diputado del Senado que lucha por su vida en la Fundación Santa Fe en Bogotá y desea que no ejecute el mismo destino de su madre. Entonces las cartas a Diana y Miguel:
Carta a Diana – 27 de enero de 1991
Este mensaje espiritual es la mejor manera de interactuar contigo y con tu espíritu con tus padres. Lo hago porque con su familia mereces más que un simple editorial, análisis, comentarios en frío.
Te mataron por un periodista. El asesino fue activado por aquellos que te secuestraron. El resto queda. Durante este largo mes de intimidad con su padre, el presidente y su magnífica madre, Nydia, el odio ha dejado de existir para mí. Gracias a Dios, ese sentimiento despreciable desapareció. El dolor tiende a señalar todas las habilidades apasionadas de la vida. Y Calvary porque debe llamarse de aquellos que han sido el secuestro, ya sea personalmente o por razones familiares, termina para usted y los suyos. Para nosotros, las familias de Francisco, Maruja, Beatriz y Marina son una enfermedad cardíaca continua, horror. Como las formas en que las rutas de salida están cerradas. La esperanza de un milagro nos permitirá sobrevivir. Para usted, que ya es parte de la sombra de protección que se encarga.
Cuando sales de este mundo, olvidas tu dolor y te diriges a la ola de afecto humano que nos ha seguido durante estos cinco meses desafortunadamente imposible de gastar. El triángulo que una vez te apoyó con ironía y patógenos políticos, has intentado por otro, donde los componentes son martirio, coraje y coraje. Te hace sonreír, en garantía de que la alegría es agradable para lo ancho.
Deberías pensar en esa tarea noble y generosa, muchas espinas que no tomaron Alfonso López, Misael Pastrana, el Cardenal Revollo, Diego Montaña. Cuánta generosidad hay en sus acciones y cuán útil fue de defender su vida. Lucharon por ti, por Francisco, por Maruja Pachon, por Beatriz de Villamizar, por Marina Montoya y otros secuestrados, la lucha tan desinteresada como admirable.
Solicite el tema de aquellos que todavía están vivos. Ciertamente tienes más impacto que nosotros. Finalmente, te digo que en ese momento dolor, cuando abrazé a tu padre y le dije: Aumja, los pobres, nuestros pobres hijos, le respondieron con su voz pausada: No. Pobre Colombia.
Se debe lograr la paz. Es la promesa de aquellos que se han quedado atrás en esta herida de Colombia.
Carta a Miguel – 9 de junio de 2025
Nunca soñé incluso en mis peores pesadillas que tuve que escribir estas palabras. Hace 34 años, 4 meses y 12 días, mi padre, Hernando Santos, escribió a tiempo el único editorial firmado en su vida, una carta a Diana. Pablo Escobar después de cinco meses de secuestro. Solo lo leí cuando dejé mi propio exilio, y cada vez que recuerdo mis ojos los llenaron de lágrimas, ya que en este momento sucede cuando escribo estas palabras, que con todo mi corazón espero que puedas leer junto a tu esposa, a tu hijo y al resto de tu familia, algo que tu madre no pudo hacer.
Tu madre fue asesinada por ser periodista. Pablo Escobar la engañó y le hizo creer que el comando fue entrevistado por la líder de Eln, Cura Pérez. Conocí a tu madre en las reuniones que luego se celebraron en Paipa para hablar sobre la paz, un asunto importante para Diana. Tu madre, una mujer que podría haber sido política como tu abuelo, Julio César Turbay, eligió las profesiones más bellas, el periodismo, lo que eventualmente le costaría la vida.
Increíble cuando nuestros caminos han revisado la historia de la violencia que marcó toda nuestra vida. Eras solo un niño de cinco años cuando tenías que enterrar a tu madre y hoy luchas contra tu clínica por tu vida después de un ataque famoso que refleja la intolerancia que tenemos hoy.
Recuerdo a tu abuelo con tremendo amor. Honestidad del hombre y decencia incomparable. Recuerdo lo que me dijo mi viejo esposo y que era un ejemplo de la bondad de un ex presidente que llamó a mi padre para felicitarlo porque me habían liberado en la operación de rescate y le dijo que su hija resultó herida. Unas horas más tarde, con la confirmación de la muerte de su madre, llamó y se disculpó con mi padre porque el hombre salvado no era yo, él era el fotógrafo de las noticias, Richard Becerra, que fue secuestrado con ella. Con su hija fallecida, lo llamó con dolor por darle la sensación de esperanza y alivio por mi salvación. Fue un gran corazón que tuvo tu abuelo Julio César.
Cuatro meses después, el domingo 20 de mayo, vi un televisor que a veces me mostraba a mí y a Crypton News the Progressive Products anunció el lanzamiento de los dos últimos robados, Maruja Pachón y yo. Estoy seguro de que su madre expresó el camino a la libertad que anunciaron en sus noticias. Fue lo primero que pensé en ver las noticias.
Unas décadas después, decidiste seguir a tu abuelo y comenzaste en política. Su regalo de las personas, su severidad, su capacidad para organizar y trabajar disciplina gradualmente sentó el corazón de estos millones de colombianos que hoy en sus oraciones. No tengo dudas de que cuando recuperes tu carrera política no tendrá el límite y el honor que has recibido en tu nombre y tus antepasados pueden iluminar este país que hoy navega en el oscuro populismo que nos controla.
Asegúrese de que cuando regrese a la arena política colombiana, será usted a su lado, listo para enfrentar todos los obstáculos que surgen. El intento de asesinar que fuiste una víctima regresa al pasado oscuro donde tu madre perdió la vida y muchos candidatos presidenciales fueron asesinados. Gracias a personas como su abuelo y su madre, estoy seguro de que del Cielo se ocupa de su recuperación, este país logró salir del horrible agujero negro de la violencia que algunos regresarán hoy.
Solo sueño que puedas estar al lado de tu esposa Mary Claudia, tu hijo Alejandro, tu hermana Maria Carolina y tu padre Miguel. Y sí, espero que pueda viajar por el país para ofrecer la esperanza de que hoy parezca perderse. Te lo mereces.
Con gran afecto y afecto.
Francisco Santos