El cuidado, un tema que ya tiene una política pública

El cuidado, un tema que ya tiene una política pública

El 14 de febrero, durante la Asamblea Nacional de Política Económica y Social, se aprobó el documento Conpes 4143. Este texto tiene como objetivo principal establecer las bases para una política de atención que asegure una responsabilidad eficiente en el cuidado de las personas. En este contexto, es fundamental reconocer y potenciar las diversas prácticas y formas sociales de cuidado que existen entre los agricultores y las diversas nacionalidades en el país, ya que son pilares clave del apoyo vital en nuestras comunidades.

El cuidado, entendido como un imperativo tanto moral como estético, es una dimensión crucial para asumir la responsabilidad en la protección de todos los seres, sean humanos o no. Nos permite tener conciencia sobre las múltiples entidades que requieren nuestra atención y cuidado. Esto también nos recuerda, tal y como lo ha manifestado la filósofa Judith Butler, que nuestra existencia está intrínsecamente vinculada a los otros; no somos nada sin los demás que nos rodean.

Después de un extenso proceso de diálogo y consulta con las comunidades afectadas y con expertos en el tema, se recogieron numerosas críticas constructivas hacia las instituciones, especialmente en lo que respecta al origen étnico. Esto ha llevado a confirmar que el documento Conpes 4143 canaliza las esperanzas y demandas de nuestra comunidad para dar vida a sus diversas manifestaciones.

Bienestar.
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El proceso, que ha podido integrar múltiples perspectivas y aportaciones, sigue las directrices del Programa Nacional de Desarrollo titulado “El Imperio de la Vida de Colombia” y también en la Ley 2281 de 2023. Esta ley ha dado lugar a la creación del Ministerio de Igualdad e Igualdad de Género, subrayando en su Artículo 6 la necesidad de establecer un sistema de atención. Este sistema debe estar formulado en respuesta a los requisitos de cuidado del hogar y debe incluir la colaboración entre el Estado, la sociedad civil, las comunidades y el sector privado.

Cinco ‘r’

Con el establecimiento del sistema de atención nacional, se busca Identificar, distribuir, reducir, simbolizar y recompensar todo tipo de atención, tanto remunerada como no remunerada. Este esfuerzo tiene como objetivo crear una colaboración equitativa entre el Estado, la sociedad civil, las comunidades y el sector privado.

El objetivo de este sistema es reconocer que, aunque la atención es una necesidad compartida, las normas y expectativas en torno a la misma a menudo crean desigualdades, sobre todo en los hogares colombianos donde tradicionalmente son las mujeres quienes asumen la parta mayor del trabajo de cuidado.

En Colombia, dieciséis millones de personas necesitan atención diaria, y entre ellas, siete millones son mujeres, lo que representa una de cada cuatro de estas cuidadoras, quienes se encargan de cuidar a niños, personas enfermas, con discapacidad o ancianos, todo ello sin recibir compensación económica.

En respuesta a esta situación, la propuesta busca que los diferentes organismos gubernamentales, así como los ministerios y autoridades locales, se comprometan a desarrollar proyectos concretos que permitan brindar atención en condiciones dignas.

El sistema tiene una visión clara: promover el apoyo a la vida en un marco multinacional y multicultural, sosteniendo que el cuidado es un derecho fundamental. A su vez, pretende contribuir a la transformación de los factores culturales que perpetúan la desigualdad en la organización social del cuidado y que regulan el trabajo sexual. Las bases del sistema buscan fortalecer la capacidad del Estado para atender las demandas de aquellas personas que, al cuidar, deben tener satisfechos sus derechos.

Para el desarrollo de esta política y sistema, se acordó una asignación de $25,655 millones, que incluye la mayor parte de las contribuciones necesarias:

Sin embargo, es importante resaltar que la creación de este sistema nacional del gobierno debe estar fundamentada en un proceso de amplia participación y legitimidad, que se refleja en la aprobación del documento Conpes 4143. Su nacimiento también se deriva de la lucha política llevada a cabo por organizaciones feministas, comunidades de ascendencia ancestral y la creación de disposiciones regulatorias que han abierto la posibilidad de construir una agenda integral dedicada al cuidado de la vida y que impacte positivamente en los ámbitos económicos, sociales, políticos y culturales.

El camino a seguir

En Colombia, es esencial ponderar las prioridades de la agenda pública; esta reflexión ha surgido a partir de la interconexión entre el conocimiento generado y la actividad política de los movimientos feministas y las luchas empezadas por sindicatos. Las decisiones de algunos concejos locales han sido críticas para contribuir a visibilizar la labor de atención y su adecuada distribución. Esto, junto con la intervención de instituciones académicas y con el marco normativo que se ha ido forjando a lo largo de los años, ha trazado el camino hacia una comunidad que se preocupa por la vida.

La primera mención regulatoria sobre la atención puede ubicarse en el gobierno de Antanas Mockus, quien fungió como alcalde de Bogotá entre 2001 y 2003. En ese periodo, se reivindicó la atención integral, especialmente hacia los adultos.

Otra referencia importante se dio con la emisión de la Ley 1413 en 2010, cuyo objetivo era regular la economía del cuidado, buscando medir la contribución de las mujeres al desarrollo socioeconómico del país. Esta ley ha permitido visualizar, a través de la Encuesta de Uso del Tiempo, el trabajo no remunerado de cuidado que realizan predominantemente las mujeres. Los responsables de estos avances significativos fueron Cecilia López y Gloria Inés Ramírez.

Un tercer momento relevante corresponde a la creatividad de las feministas que participaron en la creación de la mesa de economía del cuidado en 2011 y la mesa intersectorial en 2014, que buscaban un objetivo común: promover el desarrollo de economías de cuidado, visibilizar el trabajo de atención en el país y abogar por políticas que atiendan la desigualdad de género. Así, las feministas han logrado combatir las estructuras de opresión, haciendo del cuidado común una práctica de resistencia vital.

Gracias a estas mesas, se ha podido comprometer a los planes de desarrollo de 2014-2018 y 2018-2022 a establecer un sistema nacional básico. Desafortunadamente, en esos dos periodos de Juan Manuel Santos e Iván Duque, no se registraron avances significativos. Actualmente, existe una mesa en diversas áreas del país dedicada al tema de la atención.

La cuarta carencia se presenta en la Declaración 902 de 2017 sobre el Tratado de Paz entre el gobierno y la FARC-Pep, donde se establecieron medidas para implementar mejoras rurales, especialmente en accesos a la tierra. Este fallo confirma que la prioridad debe ser el acceso y la formalización para los agricultores, donde se reconoce el papel de la economía del cuidado como parte esencial de las mujeres.

La quinta falta está relacionada con propuestas de concejos locales para crear un sistema de atención que se reconozca como un trabajo formal, lo que busca transformar criterios de violencia masculina y robustecer políticas sociales. Es fundamental observar la experiencia de la ciudad de Bogotá con el establecimiento del sistema distrital.

Finalmente, como se especifica en el documento Conpes 4143, es esencial resaltar la lucha que han llevado a cabo los movimientos campesinos y las naciones indígenas para honrar los conceptos de cuidado transmitidos por sus antepasados, ya que estos son cruciales para su supervivencia cultural y física.

Vicisitudes actuales

En la actualidad, el sistema de atención enfrenta tensiones políticas e normativas. Existe una evidente tensión entre el presidente Petro y la vicepresidenta Márquez y su reciente salida del Ministerio de Igualdad de Género, que lideraba el sistema. Esta situación exige a todos aquellos que, durante años, han trabajado arduamente para implementar este sistema a que se mantengan alertas y lo protejan como parte de nuestro legado de lucha femenina.

En lo referente a las normativas, es relevante recordar que, a partir de 2026, el ministerio podría no cumplir con sus funciones debido a la sentencia 161 emitida por el Tribunal Constitucional en 2024, que lo declaró inconstitucional bajo la Ley 2188 de 2023. Sin embargo, el tribunal decidió postergar los efectos de dicha decisión hasta el año 2026, lo que permite que la ley sea discutida nuevamente en el parlamento. Este proceso sigue sin llevarse a cabo, hasta la fecha.

Como mujeres que luchan por preservar la vida en medio de un mundo convulso, donde se renta en peligro la existencia, es fundamental que cuidar la vida y el planeta se convierta en un compromiso colectivo de toda la humanidad.

Agela María Robledo

Razón oficial (**)

Ex representantes del departamento y ex Decana de Psicología en la Universidad de Javeriana. (**) La razón del público es un centro que no se opera con fines de lucro que pretende ser los mejores expertos en la toma de decisiones de Colombia.

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