Emocionados y llorosos, cientos de fanáticos se reunieron en La Bombonera la madrugada del jueves para despedir a Miguel Ángel Russo, el querido ex entrenador de Boca Juniors y otras instituciones del fútbol argentino, quien falleció el miércoles a los 69 años.
La sede del club Xeneize amaneció rodeada de vallas de apoyo para organizar el ingreso de aficionados que quisieron rendir homenaje a una de las figuras más populares del deporte nacional. Con banderas, camisetas y canciones, los fanáticos transformaron el dolor en una despedida llena de agradecimiento y emoción.
Entre los primeros en llegar estuvo Diego Pasallo, un vendedor ambulante que se presentó a primera hora de la mañana para “despedirse con un grupo”, a quien calificó como “el técnico de todos”. Su declaración reflejó el cariño generalizado hacia Russo, cuya trayectoria dejó huella no solo en Boca sino también en clubes como Rosario Central, Vélez Sarsfield, Estudiantes y Racing.
A lo largo de la jornada, La Bombonera fue el escenario de la despedida definitiva de una leyenda que destacó no sólo por sus logros deportivos, sino también por su humildad y el respeto que se ganó dentro y fuera de la cancha.
Miguel Ángel Russo será recordado no sólo por llevar a Boca Juniors al título de la Copa Libertadores 2007, sino también por su papel como entrenador, líder y símbolo de una época dorada del fútbol argentino.
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