Los disidentes del FARC, bajo la dirección de Iván Bordisco, han accedido a información militar clasificada que pertenece al Batallón de Infantería No. 7 General José Hilario López, el cual está destacado en la región de Cauca. El contenido robado no solo incluye datos sobre soldados y órdenes quirúrgicas, sino también tarjetas tácticas, informes de municiones y, sorprendentemente, detalles sobre dioses. Esta filtración de información confidencial por parte de Iván Bordisco se ha hecho evidente en el contexto de las operaciones militares en Cauca.
La información fue extraída de documentos físicos que habían sido capturados previamente por las fuerzas armadas. Estos documentos eran utilizados para coordinar operaciones militares, y se incorporó el uso de teléfonos celulares en situaciones críticas, donde la comunicación de los uniformados había sido comprometida. Esto representa una grave violación de seguridad, ya que las comunicaciones eran fundamentales para la planificación de operaciones.
En los intercambios de chat, los miembros de la unidad afectada, identificada como Baltic 1, compartieron información sobre cambios en el monitoreo, ubicaciones en tiempo real y advertencias de combate. Esta unidad estaba bajo el mando del sargento Edwin Berrío, quien ha estado involucrado en escándalos previos relacionados con la presunta interacción con civiles en situaciones de conflicto.
WhatsApp como canal militar; Iván Disidencias Hackan Hackan Ejército Información secreta en Cauca
Los soldados que se encuentran en el campo han expresado su condena respecto a la necesidad de comunicarse a través de WhatsApp, debido a que los dispositivos de comunicación por radio no están en funcionamiento. En muchos casos, estos dispositivos son antiquísimos, con más de 60 años de antigüedad, y requieren baterías difíciles de obtener en áreas de combate. Esta situación ha complicado la eficacia de las operaciones, ya que el uso de aplicaciones de mensajería introducidas por la tecnología civil puede representar un riesgo mayor.
El general de retiro, Jorge Mora, ha calificado esta situación como “extremadamente grave”, advirtiendo que la exposición de las tropas a posibles ataques considerablemente tras la intercepción de sus comunicaciones. Mora ha elucidado que las recientes decisiones diplomáticas, tales como la ruptura de relaciones con Israel, han contribuido a un empeoramiento en el mantenimiento y suministro de estos sistemas de comunicación esenciales.
Los expertos en seguridad han expresado su preocupación, advirtiendo que los enemigos del estado están utilizando tecnología avanzada que puede seguir y explotar estas vulnerabilidades, poniendo en riesgo no solo la vida de los soldados, sino también la integridad general de las operaciones militares llevadas a cabo en la zona.
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La Oficina del Fiscal General examina y sospecha que crecen las conexiones con grupos armados.
La misma unidad militar mencionada está ahora bajo la lupa de la fiscalía general y de la justicia militar. Recientemente, se ha revelado que hubo patrullas involucrando a civiles armados en la localidad de Ortega, Cauca. A través de audios y chats, se han documentado conversaciones entre miembros del ejército, incluyendo al general Federico Mejía, y un civil conocido como Joselito, quien estaría coordinando medidas de seguridad dentro de la comunidad.
El material filtrado, que incluye un orden operativo exhaustivo denominado “David”, ha revelado detalles cruciales sobre las acciones del ejército, las estrategias de combate, los campos de batalla y el tipo de munición que se está utilizando. Esta información ha caído en manos de un grupo armado ilegal, lo que les permite planificar ataques o identificar debilidades dentro de la estructura del estado.
Con información semanal, este desarrollo sugiere que las implicaciones de la filtración de datos son profundas y que se necesitarán medidas urgentes para asegurar la integridad de las operaciones militares en la región.
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