Un año después de celebrar elecciones presidenciales y legislativas, se presentan riesgos significativos que podrían perturbar la normalidad del proceso electoral en el país. Este alerta proviene de la Misión de Observación Electoral (MOE), que ha identificado cerca de 125 estructuras ilegales operando en Colombia, tanto en áreas urbanas como rurales, que atacan de manera constante a líderes políticos y sociales. Estos desafíos no solo afectan a los individuos directamente involucrados, sino que también tienen el potencial de desestabilizar el entorno democrático en el que se desarrollan las elecciones.
Alejandra Barrios, director de Moe
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Sergio Acero. Tiempo
Desde 2024, ha habido un aumento alarmante en la violencia, con aproximadamente 500 incidentes reportados de agresiones dirigidas hacia líderes políticos en 195 municipios de 28 departamentos. Esta oleada de ataques ha resultado en el fallecimiento de seis de estos líderes, poniendo en riesgo no solo sus vidas, sino también la integridad del proceso electoral para 2023. Las regiones más afectadas han sido Valle del Cauca, Antioquia, Cauca, Norte de Santander y Santander, donde las economías ilegales tradicionales se han entrelazado con los problemas políticos actuales.
En Catatumbo hay una situación humanitaria debido a colisiones entre ELN y la oposición.
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César Melgarejo. Tiempo
La MOE también ha destacado que el 85 por ciento de los ataques reportados en 2024 se han concentrado en áreas donde existen estas estructuras armadas, siendo los principales actores el ELN, ‘Segundo Marquetalia’ y ‘Clan del Golfo’, que han perpetrado una serie de asesinatos que han traído una ola de miedo y desconfianza entre la población.
Un proceso de paz estable y un vacío legal
Esta escalada de violencia puede atribuirse en gran medida a un estancamiento en la política de “paz general” del presidente Gustavo Petro. Según la MOE, de los once procesos de negociación activos, “solo se cumplieron dos: los acuerdos con el ELN en Nariño (sur del país) y con el ejército boliviano, conocido también como Walter Mendoza”. Desafortunadamente, los demás procesos siguen paralizados, sin llegar a acuerdos claros por falta de avance y confianza entre las partes.
Comuneros del Sur Deln Front.
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Grabación de video
Además, la MOE ha afirmado que “no existe un sistema o ley legal en un período de retorno” que ofrezca un marco claro para la desmovilización y unificación de los combatientes. Esto significa que la falta de un marco legal dificultará la entrega efectiva de armas y la verificación de compromisos, dejando al Estado sin herramientas apropiadas para cerrar acuerdos y reducir la influencia de estos grupos durante la campaña presidencial.
Las últimas elecciones en Colombia fueron regionales 2023.
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Vanexa Romero/ El TIempo
Según el llamado de la MOE, se establece un plan obligatorio de elecciones nacionales que involucra un alto riesgo de boicot, amenazas y campañas cerradas que seguirán siendo una constante preocupación. Es crucial que se “coordinen el Plan de Responsabilidad Electoral Nacional con garantías de paz y seguridad antes de las elecciones de 2026”, advirtiendo que, de lo contrario, “los disturbios públicos podrían tener un impacto más significativo que las propuestas políticas.”
Aumento de los ataques de organizaciones criminales
El nivel de violencia en Colombia ha alcanzado índices que no se veían desde hace más de una década, cuando las FARC todavía estaban activas y no habían firmado un acuerdo de paz. Según varios informes de organizaciones tanto nacionales como internacionales, el país enfrenta un alarmante incremento en la violencia que pone a prueba los esfuerzos de pacificación.
Recientemente se establecieron recompensas por ‘Iván Bite’.
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Cortesía
En los últimos días, las advertencias relacionadas con el “horario de armas” han aumentado, lo que ha llevado a una escalada de ataques por parte del “Clan del Golfo” y enfrentamientos con disidencias de las FARC. Por un lado, se ha fortalecido la estructura con los grupos de “mordida iván” en sus operaciones en Cauca, mientras que otros grupos que previamente habían firmado acuerdos de paz están detrás de numerosos ataques en Caquetá. Esto demuestra que aunque se han establecido procesos de paz, muchos de estos grupos continúan operando en la clandestinidad y manteniendo una indiferencia absoluta a los llamados a la paz.
Danna Valeria Figueroa Rueda
La escuela de la Gaceta Multimedia
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