El pasado martes, una carta reveladora del ex canciller Álvaro Leyva fue presentada al presidente Gustavo Petro. En un formato similar al de su primera comunicación, esta vez Leyva optó por compartir su mensaje a través de un trino, generando una gran repercusión en el ámbito político. En su mensaje, amplió el alcance de los problemas que había señalado previamente relacionados con el uso problemático de drogas por parte del presidente, incluyendo nuevos incidentes que fortalecen su acusación. Dicha situación se había abordado anteriormente cuando el programa de la administración se había visto comprometido por lo que se alegaba era una condición subyacente del presidente.
En este mismo contexto, el ex canciller no se limitó a hacer más acusaciones, sino que estableció una exigencia más severa al afirmar que el presidente de Colombia debería considerar la posibilidad de apartarse de su cargo para poder recibir tratamiento. Leyva expresó en su misiva que era fundamental “revisar su permanencia en la oficina presidencial de la República”, sugiriendo que lo ideal sería una comunicación directa sobre este asunto, aunque él consideró que esto no era plausible. También enfatizó en su argumento sobre la necesidad de “transferir hacia la calma institucional y moral de la nación”, señalando que solo sería factible mediante “producción sin choques que posibilite la conclusión total de la responsabilidad de todos en momentos cruciales para la República”.
Una nueva carta de un ex abogado Leyva Foto:Archivo
El contenido de la carta de Leyva fue interpretado como un claro llamado a la renuncia del presidente. “Tienes que continuar de inmediato. No hay tiempo que perder”, añadió con una urgencia evidente. Culminó su alegato afirmando que la comunidad internacional ya era consciente del problema de consumo que enfrenta el presidente. Estas fuertes acusaciones generaron un nuevo torbellino en el ámbito político, siendo utilizadas de inmediato por la oposición, que incluso a través de Maria Fernanda Cabal, diputada del Senado, exigieron que el presidente se sometiera a una prueba para confirmar o refutar cualquier sospecha de adicción.
Gustavo Petro – Álvaro Leyva Foto:Archivo
No solo se cuestionó la capacidad del presidente en la carta de Leyva, sino que también se le atribuyó responsabilidad directa por delitos, actos de desinformación ideológica y, paralelamente, se exigió su dimisión, lo que fue percibido por algunos sectores como un intento de instigar un golpe de estado. Abogados que comentaron sobre el tema ofrecieron diversas interpretaciones en relación con el contexto del Tratado de Lerva. El abogado Francisco Bernate, por su parte, destacó la ausencia de una denuncia concreta por fallo o delito que justificara la exigencia de renuncia al presidente colombiano. “Que un ciudadano le pida al presidente renunciar a su puesto no tiene consecuencias jurídicas significativas”, argumentó Bernate, sugiriendo que esas declaraciones podrían caer bajo el ámbito de la “libertad de expresión”.
Álvaro Leyva y Presidente de Gustavo Petro Foto:César Melgarejo. Tiempo – X: @alvaroleyva
Recordando eventos similares, es fácil caer en la comparación con incidentes ocurridos hace menos de tres décadas, cuando Álvaro Gómez, un político conservador, pidió la renuncia de Ernesto Samper, acusándolo de hechos vinculados al escándalo de los 8,000. En ese caso, las demandas no se catalogaron como meramente delictivas, pero sí tuvieron un peso político considerable. Por otro lado, el abogado Alejandro Sánchez hizo notar que las acusaciones contra Gustavo Petro podrían interpretarse como un posible caso de difamación, dado que Leyva insinuó que el presidente había cometido un delito, concretamente la elaboración de un documento público con falsedades ideológicas. “Podríamos hablar de daños a la reputación porque sus declaraciones buscan socavar la honorabilidad del mencionado”, puntualizó Sánchez, sugiriendo que esta situación podría dar pie a un caso de difamación.
El presidente Gustavo Petro y el ex canciller de Álvaro Leyva. Foto:Presidencia
Sin embargo, se puntualizó que no sería un proceso sencillo lograr que este caso avance contra el ex canciller, ya que se trata de un asunto de carácter “personal”. Solo sería viable abrir un caso si la persona afectada, en este caso Gustavo Petro, decidiera presentar una queja formal. Hasta el momento, no existen indicios de que el presidente actúe en esa dirección, a pesar de la presión de diversos sectores. El abogado también indicó que hay razones que podrían obstaculizar el avance de cualquier caso, destacando que “hay una mayor tolerancia hacia las críticas y cuestionamientos a entidades públicas”. Aunque existe un equilibrio con el derecho a la honra de cada ciudadano, en el caso del presidente, la situación podría complicarse debido a su posición.
Francisco Bernate añadió que está en la jurisdicción del presidente decidir si se presenta algún tipo de queja, dado que Leyva no tiene inmunidad que le impida ser señalado. No es la primera vez que Petro se encuentra en una situación desafiante, ya que anteriormente condenó al ex presidente Andrés Pastrana por haber insinuado que había vínculos entre su campaña presidencial y el narcotráfico.
Ex canciller de Álvaro Leyva. Foto:@Alvaroeyva
Consecuencias políticas
En términos políticos, las implicaciones de la carta de Álvaro Leyva han sido considerablemente reveladoras. Del lado del presidente, aquellos que se consideran aliados han categorizado esta carta como un intento de golpe de estado.
“Esta carta es un claro reflejo de la advertencia que hemos recibido durante varios meses, es un escándalo en Colombia”, comentó el Ministro de Minas, Andrés Camacho. De igual manera, la senadora Maria José Pizarro enfatizó que “la carta de Álvaro Leyva socava el debate político y es un ataque directo a la legitimidad y las acciones del presidente”. Aunque algunos actores independientes han cuestionado la interpretación del intento de golpe de estado, la noción de que lo expuesto por Leyva carece de fundamento ha sido apoyada por figuras como la senadora Angélica Lozano, quien manifestó: “¿Preparar baches? ¿En serio? Leyva no tiene capacidad. ¿Por qué generar temores innecesarios? Sería un delirio total en este año”.
Ex canciller de Álvaro Leyva. Foto:César Melgarejo/ Tiempo
Sin embargo, las intenciones y motivaciones que llevaron a Leyva a redactar esta carta han sido cuestionadas por muchos, quienes sugieren que su contenido se ha presentado con un claro desfase temporal, al referirse a incidentes que ocurrieron a lo largo de 2023. En ese sentido, se conectan las afirmaciones estableciendo que sus preocupaciones surgen después de los eventos que considera problemáticos, cuestionando su credibilidad política. No obstante, se debe recordar su edad, 82 años, lo que sugiere que no busca construir un proyecto político a largo plazo. A esto se le añade el hecho de que, de acuerdo con las sanciones impuestas por el Ministro de Justicia, Leyva no podría acceder a un puesto público nuevamente hasta que pasen más de 90 años desde su condena.
Puedes ver:
Mes Foto:
Juan Sebastián Lombo Delgado
Político