El reciente anuncio sobre la creación de un área de ubicación temporal (ZUT) en el tibetano rural (North -Santander) para el 33, relacionado con la distribución de FARC bajo el alias Calarcá, presenta un desarrollo significativo en el contexto de la aguda violencia que se experimenta en esta región. Este movimiento se enmarca dentro de la política de “paz total” del gobierno de Gustavo Petro, luego de la reciente entrega de armas en la zona sur de Comuneros en Nariño. Sin embargo, la implementación de esta medida también plantea un sinfín de desafíos legales y de seguridad que deberán ser abordados, dado que el presidente Petro experimenta un momento crítico en lo que él denomina “el abandono de la violencia”.
El acuerdo fue firmado en una reunión llevada a cabo en Cúcuta, donde se encontraron representantes del gobierno y del grupo del 33. Según el marco establecido por la Ley 2272, conocida como ‘Total Paz’, el ZUT deberá ser configurado de acuerdo con múltiples variables.
De acuerdo con el gobierno, 104 individuos armados han acordado desmantelar su arsenal. Foto:X Cuenta del presidente Gustavo Petro.
El presidente Petro enfatizó, “se acuerda una zona de paz donde la violencia ha dejado de existir por parte del 33. Una vez que la estructura esté asegurada, los guerreros y las armas del 33 se reunirán. Este será el inicio de la paz en Catatumbo”. Este frente, liderado por los alias Jhon Mechas y Richard, forma parte de los grupos enfrentados en la región y se encuentra vinculado al bloque Magdalena Middle de Gentil Duarte, un actor importante en el contexto del conflicto.
Las disposiciones del acuerdo estipulan que en estas áreas se suspenderán las órdenes judiciales, incluidas las solicitudes de extradición, contra los miembros de los grupos armados que formen parte del proceso de paz. Además, este régimen se aplicará para localizar a los individuos en estas áreas hasta que el gobierno decida lo contrario.
El artículo 3 de la ley 2272 deja en claro que estas zonas de paz no serán territorios de violencia, es decir, no se entregará el control político y militar a ningún grupo armado ni se permitirá que el orden público sea alterado por ellos.
Alias Andrey Avendáño, representante del 33 Frente. Foto:Pensión
El acuerdo señala que durante la definición del área, las partes han propuesto varias alternativas. “(…) Finalmente, se estableció su ubicación en función de la seguridad, transporte y supervisión geográfica y militar, tomando en cuenta las reservas territoriales del ETCR en la Liga de Guavas, donde lamentablemente se registró la muerte de siete militares.
En cuanto a los próximos pasos, la delegación del gobierno anunció que en los días venideros se comenzarán a preparar los protocolos necesarios para el establecimiento del área, así como para sus operaciones y la temporalidad de cada fase. Sin embargo, aún no se han especificado fechas concretas, ni la ubicación exacta del área, ni el número de personas que se involucrarán, aunque se estima que hay unos 150 miembros.
La orden de suspender las acciones ofensivas contra esta estructura armada, firmada por el presidente Petro y válida hasta el 18 de mayo, está condicionada a su ubicación en estas áreas de fuerza, lo cual tiene como objetivo facilitar su transición hacia la vida civil.
Las preguntas
El presidente Gustavo Petro y el secretario general Otty Patiño. Foto:Presidencia
El senador y especialista en conflictos, Ariel Aðila, considera que este acuerdo representa lo que él define como una “paz total” en términos de paz territorial, que se basa en la búsqueda de acuerdos con estructuras de nivel regional.
“Esta es su segunda victoria; la primera fue en el sur de Comuneros en Nariño. Sin embargo, el panorama es complicado, ya que el Golfo, el Eln, y otros grupos de Marquetalia siguen siendo actores relevantes. De cualquier manera, esto refleja un fracaso porque representa la idea establecida dentro de la sociedad colombiana”, comentó Aðila.
La exhibición de poder virtual y las operaciones del frente 33 no son resultado de una victoria militar o política, sino de la victoria del Eln
Jorge MantillaInvestigador
Otros expertos que han analizado este acuerdo enfatizan la necesidad de revisar qué tipo de cambios o compromisos se establecen dentro del contrato, ya que, de lo contrario, corre el riesgo de que un actor armado simplemente expanda su área de influencia, como es el caso del Eln, que podría monopolizar la situación. “La paz no solo debe implicar el silencio de los rifles; debe resultar en transformaciones tangibles en las comunidades afectadas“, subrayó Leonardo González, director del Instituto de Estudios en Desarrollo y Paz (Indepaz).
Elnelneelnln Foto:Efe.
El académico Luis Trejo, perteneciente a la Universidad del Norte, mencionó que el frente 33 se ha retirado debido a conflictos con el Eln. Trejo advirtió que uno de los retos más importantes que debe abordar el estado es la seguridad de los miembros del 33, así como de las comunidades vecinas al área de ubicación temporal. En sus propias palabras, “en esa área, el Eln ha eliminado a varios miembros de las fuerzas de paz de la antigua FARC”, lo que podría complicar la implementación de cualquier acuerdo.
Una opinión paralela es la de Jorge Mantilla, quien afirmó que “la exhibición de poder y el proceso del frente 33 no son consecuencia de una victoria militar o política, sino de la superioridad lograda por el Eln. Ellos han logrado una reducción significativa de la ofensiva que se había intensificado en enero y febrero.”
Dado este contexto, Mantilla enfatiza el enorme desafio que enfrenta el estado en términos de garantizar la seguridad. “Esta es un área donde el ejército tiene un control casi hegemónico, y, por lo tanto, es fundamental evitar que se repita lo que sucedió con el ETCR de la antigua FARC en el acuerdo de 2016, que tuvo como resultado que cientos de individuos fueran asesinados; varias de estas zonas ETCR tuvieron que ser abandonadas por cuestiones de seguridad“, recordó.
Otro desafío que mencionan los expertos es la necesidad de garantizar que todos los miembros del frente 33 se integren en el proceso.
Rifles del Frente 33. Foto:X Cuenta del presidente Gustavo Petro.
En contraste, Indepaz ha indicado que este espacio debe ir acompañado de un enfoque claro sobre temas como la Justicia y la Verdad para las víctimas de violencia. “Muchos soldados del 33 que están firmando el Tratado de Paz de 2016 reconocen que han incumplido sus obligaciones bajo la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Por lo tanto, deberán aclararse al respecto y asumir sus responsabilidades.” aclara González.
Gerson Arias, investigador en la Fundación Ideas para la Paz (FIP), ha manifestado dudas sobre el real apoyo gubernamental a este anuncio. Destacó que, a pesar de que Gloria Quicia, coordinadora de la Mesa, firmó el acuerdo, Camilo González Posso no estuvo presente.
“La ausencia de González en la firma del documento genera interrogantes acerca de la cohesión dentro de la delegación“, comentó el investigador.
Por último, un tema crítico que preocupa es la creciente violencia en Catatumbo, donde ya se han reportado 120 asesinatos en lo que va del año. “Esta situación plantea serias dudas sobre la viabilidad de establecer un área pacificada en un terreno donde confluyen el 33, el Eln, y otros actores”, agregó Arias.
Se prepararán protocolos para las delegaciones. Foto:
Juan Pablo Penagos Ramírez y Camilo Castillo
Político