El precandidato presidencial Iván Cepeda Castro, del Polo, dice cómo establecería un diálogo con EE. UU., qué piensa del empresariado y cómo ve la política de ‘paz total’: ‘Puedo tener diferencias, pero no aceptaré que se me intente poner en una dinámica de confrontación con el Presidente’.
¿Usted tiene visa a EE. UU.?
Sí.
Y no piensa renunciar a ella…
Lo de si se “renuncia a la visa” banaliza lo que debe ser tratado con la mayor responsabilidad. No vamos a prestarnos a la política espectáculo para llamar la atención de cierto tipo de cubrimiento periodístico con trivialidades, dejando de lado las discusiones de algo trascendental como las relaciones Colombia-EE. UU.
¿Cuál sería la prioridad de un diálogo con el gobierno Trump?
El tratamiento al problema del narcotráfico. No hace bien, ni a Colombia ni a Estados Unidos, persistir en el paradigma prohibicionista. Muchos han reconocido su fracaso. Pero primero buscaría un acuerdo nacional. No vale intentar construir un diálogo con otro gobierno si, internamente, seguimos en una disputa sobre nuestras relaciones económicas y políticas.
¿Quedó tranquilo con la decisión del Registrador sobre la consulta? De acuerdo con la ley, ustedes tendrán la suya, pero no interna, interpartidista.
Hacer el proceso de unificación del Pacto Histórico ha estado lleno de obstáculos externos. Ahora quedamos tranquilos, siempre y cuando sea absolutamente claro que, en el mes de marzo, quien gane nuestra consulta irá en condición, también de precandidato, a otra consulta: la del Frente Amplio.
No está tan claro. En mi opinión, la Ley 1475 del 2011 dice que el elegido en esta consulta interpartidista no podrá ir a otra interpartidista. Nos la pasaríamos de consulta en consulta y cada chiste de esos nos cuesta a los colombianos, como esta de ustedes, más de 200.000 millones…
Eso no es un chiste. Es un proceso democrático al cual renunciaron todos los demás partidos. El Pacto Histórico fue el único que se atrevió a hacer lo que se debe: que los ciudadanos, no el bolígrafo, elijan a sus representantes. Pero necesitamos garantías: una es que podamos constituirnos en un Frente Amplio.
¿Y si no está garantizado?
Si no hay certeza de que quien gane esta consulta podrá participar en la de marzo, tendremos un nuevo problema.
La consulta de marzo será la que organice Roy Barreras con quienes logre reclutar. ¿Le gustaría que entraran partidos tradicionales?
Ojalá el más amplio espectro. Lo importante es que el elegido como representante del Frente Amplio cumpla un acuerdo programático.
Gustavo Bolívar fue coherente cuando dijo que no iba en esta consulta de octubre, porque no apoyaría a Daniel Quintero si gana. ¿Usted?
Son las reglas del juego. Quien gane será el candidato del Pacto Histórico.
Iván Cepeda. Foto:Redes sociales (X).
¿Cómo sería su relación con el empresariado colombiano? Este gobierno no quiere seguirlo teniendo de socio. Lo que, por ejemplo, le han hecho a la Andi es infame…
Puede que tenga diferencias de enfoque con el Gobierno, pero no aceptaré que se me intente poner en una dinámica de confrontación con el Presidente. En relación con el empresariado, este gobierno ha desarrollado un diálogo que a veces no se aprecia suficientemente. Menciono un ejemplo que me atañe: con el doctor José Félix Lafaurie, del gremio ganadero, el presidente Petro suscribió un acuerdo de compra y venta de tierra, con transacciones legalmente hechas. Eso demuestra que sí se puede dialogar y llegar a acuerdos.
Le estoy preguntando por el futuro del sector público trabajando conjuntamente con el sector privado.
Mi primera decisión de gobierno, inmediatamente efectiva si gano en primera vuelta, será comenzar lo que he llamado un proceso de diálogo nacional con las principales fuerzas políticas, sociales y económicas. El objetivo es identificar unos temas para llegar a unos acuerdos. Eso puede significar, solo si hay un consenso, una Asamblea Constituyente. O podría implicar un mecanismo como el que ya se utilizó del fast track en el Congreso de la República para un paquete legislativo. O, incluso, y subrayo para que no se diga que estoy violentando las instituciones, que el Presidente podría dictar unos cuantos decretos ley.
¿Cree que el modelo de salud que pretende montar el actual gobierno, incluso vía decretos, es irreversible?
Sí, en su espíritu esencial. Pero es necesario someterlo a un proceso de diálogo, por cierto, no novedoso: ya se intentó en este gobierno. En lo posible, buscaría un consenso con el sector privado, con la academia, con los sectores de la salud y, por supuesto, con los usuarios. No se puede pretender que las reformas dejen todo igual cuando el sistema actual no es viable.
¿En materia de orden público, cree que esto es firmando acuerdos casi unilaterales con narcos, paras, asesinos, secuestradores?
Absurdo argumento el de que la paz es la responsable de la violencia. Los esfuerzos de este gobierno han tenido resultados verificables. Los ceses al fuego han salvado vidas, de miembros de la Fuerza Pública y de la población. Bienvenida la discusión de si se ha obtenido la contraprestación necesaria y si se han prolongado a veces innecesariamente. Pero es una trampa lo de que cualquier intento por la paz es sinónimo de debilidad, y que debemos renunciar al diálogo y seguir produciendo muertes.
El propio ministro de Defensa de este gobierno ha reconocido que los grupos ilegales han aprovechado los ceses al fuego para ocupar territorios…
Hay que discutir en cuáles y en qué circunstancias. Durante los ceses al fuego, por ejemplo, se produjo una reducción sensible de los atentados contra los oleoductos. Yo no adoptaría una política a rajatabla de “nunca más un cese al fuego”, “nunca más el diálogo”. Eso no se puede y no se debe hacer. Por ejemplo, durante el gobierno presidido por Duque, no hubo diálogo, ni un solo cese al fuego; el ELN se duplicó y el llamado ‘clan del Golfo’ creció sustancialmente. Explíqueme esa contradicción… No es gracias a los ceses al fuego, sino a las economías ilícitas, el narcotráfico y la minería ilegal que crecen los grupos armados.
También se puede deber a que ha habido un proceso lento de destrucción estructural del Ejército y de la Policía. No se está logrando defender a la ciudadanía…
Eso no lo comparto ni lo acepto. Al contrario, las Fuerzas Militares han actuado de manera absolutamente clara y vertical, incluso con acciones que no emprendieron en otros gobiernos.
Por orden del Gobierno, no vamos a importar, sino a producir ciertas armas; y para mantener los helicópteros, hicimos un contrato en el que se esfumó el 50 % del millonario anticipo…
En el caso de los helicópteros, ya que se menciona, la parte de la flotilla que era rusa ha tenido un severo traumatismo con la invasión de ese país a Ucrania. No ha habido decisiones para “destruir la Fuerza Pública”, sino problemas, algunos externos, otros de recursos. Como ningún otro gobierno, este ha avanzado en mejorar las condiciones laborales y de vida de los integrantes de la Fuerza Pública; lo reconocen ellos mismos y los altos mandos, lo que no haría un gobierno que quisiera destruirla.
Han sacado a los generales, los que más saben; los han reemplazado por mandos medios…
Las decisiones han tenido justificación. El Estado está corroído por la gran corrupción en muchas instituciones y no es un secreto que la ha habido en el sector.
¿O sea, todos los altos oficiales que han salido están metidos en temas de corrupción?
Se han presentado diversas causas, pero la salida de una parte de ellos obedece a la corrupción.
Vamos al tema fiscal. ¿Está de acuerdo con que es urgente reducir el gasto público?
Examinaría detenidamente qué clase de medidas pueden llevarnos a un resultado favorable. Si eso implica deteriorar las políticas sociales, definitivamente no sería el camino.
Pues lo primero que se afectaría sería el empleo oficial y los contratos de prestación de servicios…
Obviamente, usted puede interpretar que parte del gasto social es tener una amplia nómina de funcionarios o de contratistas. No es el caso. No es muy popular decirlo, pero el ajuste fiscal también pasa por un ajuste tributario. No solo hay que examinar una nueva reforma tributaria, sino el recaudo. Siempre, en cada elección, se dice en tono un poco demagógico que la corrupción le cuesta no sé cuántos billones de pesos al país. He propuesto crear un sistema nacional contra la gran corrupción que tenga por objeto hacer que el Estado recupere una parte, si no la totalidad, de los bienes y recursos que se roban a manos llenas cada año, funcionarios en distintos niveles.
Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico y precandidato presidencial. Foto:Milton Díaz. EL TIEMPO
Es obvio que se siente incómodo con esta racha de corrupción, porque sobre usted no ha habido nunca tacha de ese estilo… Las ha habido de otro calado.
No es un problema de comodidad: me siento realmente avergonzado. Lo dije en Cali: los “olmedos” no pueden volverse a repetir en un gobierno de cambio.
¿Y los González?
Como usted quiera llamarlos. Hablo de uno que ha confesado, ni más ni menos, haberse robado los dineros de personas que estaban en situación de desastre natural. Creo que eso es suficiente.
No, no es suficiente. Metieron a ministros y congresistas…
Lo que quiero decir, para que quede totalmente claro, es que en mi gobierno habrá cero tolerancia y lucha sin cuartel contra esas expresiones de corrupción. ¿Estoy prometiendo que no habrá corrupción en mi gobierno? Difícilmente uno puede hacer esa clase de promesas en un país en donde, repito, el Estado está infestado hasta el último rincón. Pero de que habrá voluntad política y de que adoptaré las medidas necesarias para librar esa lucha, no puede caber ninguna duda.
¿Por qué le tenemos que creer a usted, si al presidente Petro le creyeron, y mire?
Creo que el Presidente sí lo ha hecho. En mi caso particular, lo he demostrado en mi vida política: libraré una lucha implacable contra todas las formas de la criminalidad y corrupción en el Estado.
¿Y contra todas las formas de lucha también?
Dejemos el sarcasmo… Estoy hablando muy claramente de lo que he hecho, respondiéndole la pregunta. He llevado a investigación a 200 funcionarios, mal contados, muchos han terminado destituidos. Además, he librado un debate que ha terminado con una condena que no se había presentado hasta el día de hoy en la historia del país, que es la de un expresidente. Dicho eso, creo que tengo credenciales suficientes en este como en otros campos. Ahora, vamos a lo de las formas de lucha. Claro, el gran reproche, la gran calumnia y la gran campaña sucia que han desatado en mi contra es que yo sería, ni más ni menos, “el heredero de las Farc”. Esa es una acusación infame.
¿No se la estoy haciendo yo, o sí?
No, pero es para dejarlo claro. Es una acusación falsa. Con esa misma fue asesinado mi padre. Al formular esa clase de acusaciones, que no tienen ningún sustento, ponen mi vida evidentemente en riesgo. Por menos han asesinado a gente en Colombia.
Antes de las formas de lucha, veníamos hablando del gasto fiscal y esto está directamente relacionado con uno de los sectores que más plata le produce al Estado: Ecopetrol. ¿Sobre las políticas de explotación y exploración, endurecería las prohibiciones del Presidente?
Si hay algún campo en el cual este gobierno del Pacto Histórico ha mostrado resultados convincentes, es en el crecimiento y estabilidad económicos. Las cifras son difícilmente controvertibles…
Se las voy a controvertir. Hay un elemento que nos está haciendo mucho daño y que hoy no está suficientemente diagnosticado: otra vez la economía está tomada por el narcotráfico. Eso produce una sensación inicial de bienestar, porque hay mucho consumo económico…
Es posible que el narcotráfico esté creciendo, pero aquí hay cifras muy claras en relación con el crecimiento del sector agropecuario y el turístico. Todo eso se intenta de alguna manera minimizar. Hay cifras con relación al desempleo, a la inflación, hay el reconocimiento de la Ocde a nuestra economía… Entonces, decir que el gobierno presidido por Petro acabó con el aparato productivo, decir que aquí hubo expropiación de bienes o de propiedades de los más pudientes, todo eso hace parte de la fábula… Lo real, hoy, es que tenemos una situación económica que, con problemas y riesgos, será entregada en las mejores circunstancias, incluso por encima de gobiernos neoliberales.
¿Me está respondiendo que no o que sí seguiría con la política de este gobierno en petróleo y gas?
No ha habido eliminación de la exploración ni de la explotación. Sí estamos ante una crisis mundial climática, que, entre otras cosas, exige ajuste de la matriz energética.
El senador Iván Cepeda irá a la consulta de octubre del Pacto. Foto:Prensa Iván Cepeda
Finalmente, dos preguntas sobre su manera de ser: es calmado, poco dado a la irritabilidad, a las pataletas públicas. ¿A usted qué lo hace explotar?
Probablemente, como a todo ser humano, en ocasiones la ira o la indignación me pueden llevar a perder un poco la paciencia. Hago el esfuerzo de mantener una actitud, ¿cómo decirlo? Gentil o cordial; también respetuosa, que es lo fundamental. No puede perderse un mínimo umbral de consideración ética hacia los demás. Detrás del adversario más encarnizado, hay otro ser humano.
Sobre su aspecto: ¿sus camisas, tipo Mao o Nehru, son algo estudiado? ¿Se las manda a hacer o las compra hechas?
Me gusta este tipo de camisas sobrias, o lo que considero vestir elegante. Las compro en mercados artesanales, otras las mando a hacer. Creo que reflejan algo de mi forma de ser.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO