


Las primeras velas y el primer ramo de aceite de girasol aparecieron temprano. Eran las 8 de la mañana del lunes y cuando cinco personas, cuatro mujeres y un hombre, rezaron frente a una cantidad blanca. Honor en el lugar del ataque al asesinato del candidato presidencial Miguel Uribe Turpay.
El jardín ‘El Golfito’ ha sido desde el 7 de junio, el día en que Miguel Uribe Turlay tuvo tres disparos que terminó costando su vida después de un largo tormento durante dos meses, en una constante parada curiosa y residentes del vecindario de Modelia como a su manera, a su manera, a su manera, Intentaron expresar su solidaridad con la ciudad, velas, fotos, carteles y algunas flores.
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Esto está dentro del inconveniente de algunos residentes y propietarios de muchas compañías ubicadas en la raza 82, principal alrededor del vecindario, uno de los más tradicionales de la capital. Para ellos El jardín y los eventos que lo rodearon terminaron evaluando el área y convirtiéndolo en un lugar “inseguro”, donde “hay asesinato”.
Pero este lunes, aunque esta preocupación persiste, el medio ambiente es diferente. Las personas que vienen temprano para encender las velas en memoria del diputado del Senado indiscutible saben que es necesario renunciar al jardín. Aunque la marca de tres jóvenes hitman generados no se elimina, el lugar debe prevenirse como un impuesto a La Paz.
Ofertas de flores en el sitio donde tuvo lugar el ataque. Foto:Mauricio Moreno
“Es por eso que, hace 15 días, decidimos hacer esta gratitud y poner a la Virgen en ella. Todo con el apoyo de la comunidad”, dice Fabio Cely, uno de los líderes de la comunidad que dirigió el establecimiento del altar, dice El Tiempo. “La idea es tener un busto y una ventana conmemorativa. Pero más allá miramos aquí y pedimos a Miguel Uribe y por la paz de Colombia. Porque estos hechos nunca se repiten másS “.
Cely, jefe interino de la Policía Nacional, quiere invitar a los familiares Uribe Turbay a “hacerles un impuesto solemne. Nuestra idea es que su memoria aquí sea honrada de la mejor manera posible. Espero que podamos darnos cuenta de eso”.
Mientras Cely habla, tres mujeres están vestidas con gruesas y bufandas en la cabeza a unos cinco metros de la cueva. Esperan que la jubilación se mueva un poco para abordar algo de timidez.
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Muy lentamente dibuja una de las velas, lo describe y localiza el lado izquierdo de la Virgen María. En su teléfono móvil suena una voz que repite las oraciones del Santo Rosakran: “Alabada es la pasión y la muerte de nuestro Señor Jesucristo y el dolor de la bendita madre de su bendita madre “”. Unos minutos más tarde, se alejan.
“Fuimos, se lo quitaron”
En Golfito Park, los partidarios de Miguel Urribe dejarán una oferta de flores. Foto:Mauricio Moreno
Hasta hace poco más de 20 años, la carrera 82, central en el vecindario de Modelia, era exclusivamente residencial. Grandes casas de fondos donde vivían familias numerosas. HOy pequeños restos de la misma. A un lado y al lado de la avenida hay muchos supermercados, centros de fitness Crossfit, peluqueros, papelería y supermercados.
Y en ese momento, las 9 de la mañana, el sentido comercial es correcto. El ruido de las instalaciones, los televisores, los autos y el auto de la calle sentado, compartido con intento de silencio y solemnidad que se acercan las personas que están a pie o en bicicletas, se acercan para alabar a Uribe Turlay.
Pero Mauricio es sorprendente, seco porque se niega a dar su apellido. El cabello blanco, la gruesa chaqueta azul y el suéter negro son el primer residente del sector en decidir arrodillarse muy cerca del altar. En silencio, sus manos están cubiertas con su cara y rodean su oración durante casi 10 minutos sin darse cuenta de que es el centro de cuidado del gran grupo de periodistas que están en el sitio.
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Después de rezar, saca su teléfono móvil de su bolsillo y toma algunas fotos para enviar a sus familiares. Tome tres pasos hacia atrás y mire hacia la cueva. Su pie izquierdo tembló un poco y sus ojos están rojos. “No piensas en una cosa sino en tus nietos”Él dice y agrega: “¿A qué vamos a ir? ¿Qué país les espera?”
La oración de Mauricio parece romper la timidez entre los asistentes, la gran mayoría de las personas mayores, que ya está más cerca del recordatorio de piedra blanca. Allí, debajo del árbol donde ocurrió la tragedia hace dos meses, las flores y las velas comienzan con abundancia. No hay multitud recolectada. Es bastante posible para la peregrinación de personas que, a la edad de 8 de la mañana y los 12 años, se detienen por un tiempo, toman algunas fotos y rezan.
Flores en el altar en el lugar del ataque a Miguel Uribe. Foto:Mauricio Moreno
Algunos, como Doris, traen flores. En el caso de esta mujer, vestida con ropa azul, es un ramo de margarita. Déjalo en el altar y ve. Otros, como Rosita, se acercan para tratar de encender una vela. No es fácil porque el viento de agosto sopla y un pequeño spray sigue las primeras horas de la mañana.
“Y nos fuimos. Se lo quitaron. Nos dejan nuestras huérfanads nuevamente”, dice la mujer y luego vergüenza, en una abuela con un nieto, vecino del lugar: “Estabas muy ardiendo en la cámara. Deberías estar más tranquilo”, recordó.
Y nos fuimos. Se lo quitaron. Nuevamente nos dejan nuestros líderes de Orphanad
RositaResidente de Modelia
Alrededor del día 12, el altar ya parece más. Incluso, casi escondido en un lado, hay una pequeña estatua de la cara de Jesucristo, el prójimo de un prójimo. Pero las velas aún están apagadas y aquellos que quieren ofrecer un poco pueden hacer para continuar.
Por lo tanto, Clara Ladino, también la vecina del sector, decide comprar encendedor rojo y dejarlo dentro de la cueva, al lado de la Virgen. “Desearía que no lo tomen y todos puedan usarlo”, dice.
Parque donde prestan atención a Miguel Uribe Turlay Foto:Tiempo de Rafael Quintero
Y uno de los primeros en aprovechar el encendedor es Mary, que se vistió con una chaqueta negra y un sombrero dragón no parece creer lo que sucedió: “¿Qué más decir? Nada, solo estar aquí y orar. Y por la noche estaremos aquí para rezar. Porque es la única forma de salir de esta conmoción. Si vendremos, porque estaré aquí“
Rafael Quintero Cerón
Unidad de datos del editor de tiempo