La operación del “Cordiller” del ejército nacional en la comuna de Cumbitara, sin descanso, sigue los pasos de tierra y aire a disidentes de FARC, que durante décadas impuso terrorismo en un territorio integral financiado por tráfico de drogas y extracción ilegal.
Cumbitara, en el este de Nariño es una comuna que no excede las 6.200 horasAbitaltes, por lo que este es uno de los más pequeños en esta área de la parte sur -oeste del país y es la que más de la mitad de su población se vio afectada, la mayoría, el reasentamiento o limitado.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
En su deseo de obtener ingresos criminales a voluntad, el arma elevada usa el corredor de movilidad estratégica para sus maniobras oscuras.
Estos son ríos Patía e Iscandé, en los que estos grupos armados movilizan coca y oro, en la medida en que en unas pocas horas logran llegar al Océano Pacífico, siempre que las agencias de seguridad sean muy difíciles de lograr la pesca.
Si, de hace años, Coca era su principal método de financiación, ahora es el oro un recurso que suponen ganar y, por lo tanto, obtener armas sofisticadas y otros elementos no convencionales para enfrentar fuerzas públicas.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
Hoy, el único gramo de oro tiene un valor de mercado de 400,000 pesos, mientras que un kilo de clorhidrato de cocaína cuesta alrededor de 4 millones.
El coronel Carlos Dédier Pérez, comandante del Grupo de Distribución Fast Distribution No. 2, adjunto a la tercera rama del Ejército Nacional, asegura el progreso de la Policía Nacional y el Fiscal General en una investigación destinada a establecer rutas y destino, que tiene un metal precioso.
“Por ahora, el enfoque del Ejército tiene un impacto en aquellas estructuras que se encuentran en estos enclaves e ingresos ilegales a través de la extracción de depósitos mineros”, enfatiza.
Paz y comprensión
Pasaron 15 días de fuertes peleas entre los soldados del ejército y el grupo armado residual “Franco Benavides”, el personal general central del disidente de las FARC, incluida el área distante de Bajo Capbitarra y en la cordillera occidental de Nariño, donde las comunidades de Corregidos en Damasco, Santa Rosa y Sidon Crosfire.
Los enfrentamientos intensivos se cumplen desde el aire con helicópteros de artillería y tierra con el ejército del ejército.
Crisis humanitaria de grupos armados en Cumbitara, Nariño. Foto:Gobernación de Nariño
El coronel Pérez sale de las quejas presentadas por autoridades civiles y líderes sociales en la región, cuando advierten que hay un bombardeo cerca de las casas, que dejaron varias de las casas afectadas y animales muertos.
La paz y la comprensión son sus dos palabras, con las que envía el primer mensaje a las comunidades atormentadas de la región, pero al mismo tiempo defiende la operación de “Cordiller” como una misión militar estructurada y planificada para los municipios de Capbitar, Policarp, Los Andes, Leiva y Elosario.
“Este es el guión, esta operación ha sido planificada y diseñada para recuperar la presencia del estado, en la región en la que algunos enclaves de estas estructuras armadas ilegales se han desarrollado simultáneamente”, dice y no duda en enfatizar que son aquellos que intimidan y forzan a los civiles, y peor, a practicar minors.
Desde un punto de vista operativo, él cree que el equilibrio en un bumbitar es muy positivo, si se tiene en cuenta que los soldados lograron llegar a áreas donde el ejército no realizó una presencia constante durante 15 años.
Ejército. Foto:Efe.
A continuación se siguen las actividades militares
“Hoy se trata de Corregidos de Damasco y Santa Rosa en Cumbitara y Veredas, como La Palma, Santacruz y Buenos Aires”, advierte y agrega que en este escenario los soldados continúan desarrollando operaciones militares para garantizar el burlón y la seguridad de los civiles.
Él confiesa que el ejército no tiene un equilibrio oficial con respecto al desplazamiento y limitación de los residentes como resultado de constantes enfrentamientos.
En este sentido, explica: “No teníamos referencia al movimiento de la población civil, sobre los corredores de movilidad que controlamos”.
Sin embargo, no excluye que pueda haber una limitación de los residentes en Corregimientos Sidon y Santa Rosa, pero enfatiza que esto se debe a la presencia de la estructura armada ilegal mencionada anteriormente.
Ejército colombiano Foto:@Fuerzasmilcol
Cuando niega categóricamente las versiones de las autoridades civiles y los líderes sociales, según lo cual las luchas causaron daños a las casas y la muerte de las vacas, está subrayado: “Las operaciones se planificaron meticulosamente. Recibimos tomas, incluso ataques de algunos centros poblados o vientos. Por supuesto.
Foto del ejército del ejército colombiano Foto:Gracias a la amabilidad del ejército
Él dice que incluso los soldados tuvieron que arriesgar sus vidas cuando reciben un fuego permanente a través de artefactos explosivos improvisados o métodos iniciales (drones).
Decidimos no responder a estos ataques, porque creemos que el daño lateral puede ocurrir, no soy consciente de la influencia de casas o animales, porque las peleas se desarrollaron estrictamente con esta estructura “, advierte más tarde.
Por ahora, cuántos miembros del grupo fuera de la ley han sido liberados, entre los enfrentamientos, pero no excluye que no haya pocos muertos, aunque no hay cuerpos recuperados.
Tampoco hay evidencia clara sobre la posible instrumentalización de esta estructura criminal en la población civil, pero está claro que existe una restricción constante que practica en esta región, así como el reclutamiento forzado de niños.
Esta actividad siniestra y oscura, como se describe, enfatiza que esto se hace a través de falsas promesas, en las que, desafortunadamente, los niños caen y están involucrados en la guerra.
Esto no es un fracaso
Ante las versiones proporcionadas por los líderes sociales en esta área en el sentido de que la operación de “Cordiller”, en Cumbitar, es un fracaso, Pérez responde sin dudarlo: “La operación es una gran aliento, se eleva y piensa en tres escenarios en los que se expulsaron los resultados importantes, lo que nos permite decir que es efectivo, pero estaríamos estaríamos en el aliento en las áreas de la operación.
Familias reasentadas
Desde su posición, el alcalde de la comuna de Cumbitara, Adrian María López, confiesa su gran preocupación por la crisis humanitaria que enfrenta su jurisdicción desde el 16 de mayo, cuando comenzó la pelea entre el ejército y el grupo armado Franco Benavides.
Se da cuenta de que, de acuerdo con el censo universal inicial, es decir, alrededor de 3,400 personas, es decir, 852 familias, cuyo objetivo es desplazar y cerrar, es decir, alrededor de 3,400 personas, es decir, el 54.8 % del número total de habitantes en áreas urbanas y rurales.
El funcionario dijo: “También hay pérdidas materiales, como los efectos de la vivienda y la muerte de las mascotas, debido al impacto del fuego y la detonación de las bombas”.
En las últimas semanas, su programa se ha cumplido entre las ciudades de Pasto y Bogotá, en este último manejando las soluciones más urgentes contra varias instituciones para asegurar la vida de los civiles y una garantía de sus derechos violados en medio del conflicto armado.
Luego dijo: “De la administración de la ciudad, rechazamos toda violación de los derechos humanos y repetimos todo nuestro compromiso con la vida, la dignidad y la paz de todos nuestros residentes”.
Violencia que no es para
La congregación adjunta de Nariño Isabel Rodríguez Guevar, que proviene de Capbitarr, confiesa sin temor a que los hechos que dejó la violencia en su tierra natal sean innumerables.
Si comenzamos a hablar sobre todos los hechos violentos que se han planteado, ya que el proceso de paz se ha dado hasta el día de hoy, son innumerables, y el conflicto se deteriora cada vez más “, dice y agrega que cuando los grupos armados ingresan al área, dejan artefactos explosivos abandonados, de modo que los campesinos se ven obligados a abandonar sus tierras.
Luego presentó la siguiente queja: “Los habitantes decidieron irse cuando el artefacto explosivo cayó en el pasto y mató a Senoviente, fue entonces cuando la comunidad decide moverse”.
Según un miembro corporativo, esto tuvo lugar en el distrito de Damasco, a una hora de la comuna de Cumbitara el 18 de mayo.
“Estamos cerrados”
Angélica, residente de Corregimiento Santa Rosa, advierte que ella y su familia terminarán 15 días en un estado de prisión, lo que significó la vida entre la incertidumbre, el terror y el miedo.
“Todos estamos cerrados porque no puedes hacer, hay muchos bombardeos en el conflicto armado”, dice la mujer, y agrega que las madres tienen que correr de sus hogares para llevar a sus hijos cuando se sienten cerca del ruido de las bolas de rifle.
En un escenario difícil de violencia en su pequeño pueblo con una voz rota confirma: “Nos arriesgamos a una pelota perdida, por un momento los niños no tienen clases, esta situación es muy difícil, lo que les pido que no arrojen más bombas y que los helicópteros dejen de arrojar balas cerca de nuestros hogares”.
Mauricio de la Rosa
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