Río de Janeiro vivió este martes uno de los días más violentos de su historia reciente, durante una represión policial contra el crimen organizado que dejó al menos 132 muertos, según la agencia regional de defensa pública.
La cifra difiere del balance oficial presentado por el gobernador del estado, Cláudio Castro, quien reconoció 58 muertes y advirtió que la cifra podría aumentar.
La operación, denominada “Contención”, movilizó a cerca de 2.500 agentes fuertemente armados en la zona norte de la ciudad para enfrentarse al Comando Rojo, la mayor organización criminal de la región. Durante las intervenciones se registraron tiroteos, incendios y varios enfrentamientos con presuntos delincuentes. Entre las víctimas se encuentran al menos cuatro agentes de policía.
Imágenes registradas por agencias internacionales mostraron a vecinos amontonando más de 50 cadáveres en una plaza del barrio de Penha, mientras continúan las labores de búsqueda en zonas cercanas a las favelas invadidas. En la favela Vila Cruzeiro, los periodistas observaron a agentes custodiando a un grupo de jóvenes que estaban encarcelados, desarmados y con la cabeza gacha.
La operación se produce un día después de una reunión entre el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el expresidente estadounidense Donald Trump en Malasia, en medio de tensiones diplomáticas. En esta reunión, Lula se ofreció a mediar en una negociación con Venezuela, tras el despliegue de buques militares estadounidenses en el Caribe y los bombardeos a barcos identificados por Washington como narcotraficantes.
“Queremos mantener América del Sur como una zona de paz. No queremos conflictos de otra región de nuestro continente”, dijo Lula.
La operación en Río de Janeiro es considerada la más mortífera en la historia de la ciudad y está reviviendo el debate sobre el uso de la fuerza, la seguridad pública y las violaciones de derechos humanos en zonas populares.
Información: CNN Latinoamérica – El Colombiano.

