La salida repentina de Daniel Alfila desde el cargo de vicepresidente del Secretario de Estado ha sido un evento que ha sacudido el Ministerio de Asuntos Exteriores en Colombia en las últimas horas. Este movimiento inesperado, que sorprendió a muchos dentro del gobierno, no solo pone de manifiesto la inestabilidad en la alta burocracia, sino que también resalta el impacto significativo que puede tener la política interna en las relaciones diplomáticas. La destitución del diplomático refleja no solo sus habilidades profesionales, sino también su profundo conocimiento de las relaciones bilaterales con los Estados Unidos, país en el cual había ejercido como gerente comercial en Washington antes de asumir su nuevo cargo, aunque finalmente no permaneció en él más de tres meses.
La canciller Laura Sarabia, quien lo eligió buscando fortalecer la relación bilateral, confiaba en que Alfila sería un pilar clave en la gestión de este aspecto. Durante el breve tiempo que tuvo en el cargo, la administración de Sarabia tenía grandes expectativas, como llevar a cabo reuniones cruciales que impulsaran, por ejemplo, los esfuerzos para estandarizar las relaciones con Perú, que habían ido en deterioro tras la asunción de Dina Boluarte en 2022. También se esperaba que se destacaran los esfuerzos de Colombia respecto a la lucha contra las drogas, lo que podría mantener la posibilidad de obtener la certificación solicitada por Donald Trump.
Daniel Avila, Laura Sarabia y Mauricio Jaramillo. Foto:Canciller
Sin embargo, en paralelo a sus esfuerzos diplomáticos, Alfila había enfrentado dificultades personales que lo llevaron a viajar a Washington, donde reside actualmente. Las cosas tomaron un giro inesperado cuando la Administración Presidencial (DAPRE) decidió no aceptar más comisiones para el diplomático, lo que lo obligó a regresar de la capital estadounidense a Bogotá, a pesar de que el Ministerio de Relaciones Exteriores tenía planes para cubrir los gastos de los boletos.
En este contexto, y ante la falta de opciones, se decidió que Yolanda Villavicencio lo reemplazaría. La decisión se tomó el lunes por la noche, y a las 11:23 pm se publicó su currículum en la base de datos del solicitante de la oficina presidencial.
Fondo
En los corredores del Palacio en San Carlos de Bogotá, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, se rumorea que las dificultades que enfrentó Alfila durante su mandato y la elección de Yolanda Villavicencio podrían ser un punto de tensión entre Laura Sarabia y el Ministro del Interior, Armando Benedetti. Al menos tres fuentes consultadas por el periódico han confirmado esta dirección. En este sentido, se asegura que Sarabia se vio obligada a seguir adelante con la nominación de Villavicencio.
Es relevante mencionar que durante su reciente visita a Japón, el gobierno se encontró en una situación complicada después de que el controversial ministro de televisión comenzó a recibir críticas el 4 de febrero. El ministro había anunciado que entregó a la fiscalía algunas grabaciones “no conocidas” sobre su controversial conversación con Benedetti, quien fue su mentor y actualmente es criticado.
Laura Sarabia – Armando Benedetti Foto:Ministerio de Asuntos Exteriores – Presidencia
La conversación, que fue revelada por Blu Radio, menciona una supuesta reunión con la oficina del fiscal, que habría involucrado al fiscal general Francisco Barbosa, quien ha negado cualquier conocimiento sobre dicha reunión, así como al jefe del departamento del fiscal de la Corte Suprema, Gabriel Jaime.
La respuesta del líder del partido político ha sido minimizar la situación, expresando que “Desde que ella dejó de ser mi secretaria, no me importa qué haga“. Pocos días después, la columna de la canciller, aunque sin citar directamente a Benedetti, utilizó términos que parecían referirse a él.
En términos de política exterior, la reciente reunión de Benedetti con el embajador de los Estados Unidos en Colombia, John McNamara, ha causado revuelo, pues Sarabia no estuvo presente. Benedetti argumentó que este encuentro era una cuestión de política penal y que no tenía que ser supervisado por el canciller. “No han aprendido durante tres años y no han entendido para qué sirve el Ministerio de Relaciones Exteriores; la batalla entre estos dos afecta directamente a la gestión”, comentó la internacional Sandra Borda.
Preguntas al nuevo vicepresidente
Yolanda Villavicencio, nueva vicepresidenta de asuntos exteriores. Foto:Red social
La atención también se ha centrado en el perfil y la preparación de Yolanda Villavicencio como nueva vicepresidenta de Asuntos Exteriores. En el ámbito diplomático, ya se están escuchando voces que cuestionan su capacidad, señalando que no domina otro idioma. “El error monumental es el nombramiento de Yolanda Villavicencio. Antes de su nombramiento, nunca había habido una persona tan poco capacitada para ocupar ese cargo“, comentó uno de los críticos.
A pesar de que el nombre de Villavicencio no es completamente desconocido en el ministerio, ya que ella dirigió la política “Colombia nos combina”, que evolucionó de ser un plan a convertirse en un grupo de trabajo permanente dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha enfrentado controversias. El Foro Colombiano en el Extranjero manifestó que durante meses, el Secretario de Justicia investigó a Villavicencio por la contratación de personal para aquel grupo.
“Ella anhelaba ser viceprimer ministro, un cargo del que ha hablado durante años”, comentaron algunas fuentes al respecto.
Villavicencio posee un título en economía, una especialización en mujeres y desarrollo, y una maestría en migración y comunicación dentro de la comunidad. Durante más de dos décadas vivió en España y, según su perfil parlamentario, se ha dedicado a “proteger los derechos de aquellos en situaciones de vulnerabilidad y exclusión social, con un enfoque particular en la Asociación de Inmigración”.
La canciller Laura Sarabia durante su visita a Japón. Foto:Canciller
“Ella fue parte de la campaña de Petro en Europa, específicamente en España. Cabe recordar que se eligió por primera vez a un representante de los colombianos en el exterior en Europa, y no en los Estados Unidos. Ella estuvo muy activa en esa campaña”, añadieron las fuentes.
La repentina remoción de Daniel Alfila del cargo de vicepresidente de Asuntos Exteriores ha sido vista como un fenómeno impactante dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores. “Es un acontecimiento desafortunado y genera preocupación por su partida como Rector de este país”, comentó la internacional Sandra Borda.
“La salida de Daniel Alfila desde su puesto como vicepresidente de Asuntos Exteriores es un gran pérdida. Alfila es un servidor público de altísimo nivel, con amplios conocimientos y conexiones que son esenciales para los intereses de Colombia“, dijo Jorge Restrepo, analista político.
Villavicencio enfrentará dos relaciones particularmente delicadas para Colombia: las que tiene con los Estados Unidos y Venezuela. Las tensiones con el primero revelan la fricción existente entre el presidente Gustavo Petro y Donald Trump, mientras que el dilema con el segundo se centra en los escándalos de fraude electoral de Nicolás Maduro y la detención sin justificación de 16 ciudadanos colombianos.
Juan Pablo Penagos Ramírez
Político