Los acontecimientos se desarrollaron en la mañana del Martes 6 de mayo, cuando un autobús, perteneciente a una conocida compañía de transporte, estaba realizando su recorrido habitual entre los municipios de Pasto e Ipiales. En ese momento, el vehículo con 25 pasajeros a bordo enfrentó una situación crítica en este importante corredor vial, que también conecta con la frontera de Ecuador.
Una de las pasajeras del autobús, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, describió momentos de angustia y desesperación que vivieron alrededor de las 6:30 de la mañana, mientras se dirigían con la intención de impartir clases en una institución educativa local.
Según el relato de esta educadora, el viaje se había desarrollado con tranquilidad y sin incidentes. Ella mencionó que generalmente evita dormir en los autobuses, ya que teme que, al despertar, el vehículo ya haya sobrepasado su destino previsto.
En la cima del sector conocido como Pilcán, esta mujer notó a lo lejos un grupo de personas que caminaban por la carretera hacia Pasto. Inicialmente, no parecía causa de preocupación; pensó que era un aspecto más del paisaje en la carretera Panamericana.
Los eventos sucedieron el 6 de mayo, cuando el autobús transportaba a 25 pasajeros. Foto:Invías
Era una escena típica, ya que muchos de los caminantes eran inmigrantes extranjeros que, habiendo dejado Ecuador, se dirigían hacia Antioquia. Su intención era atravesar la peligrosa jungla de Darién, buscando ingresar a México y posteriormente alcanzar los Estados Unidos en la búsqueda del conocido sueño americano.
Los hombres llevaban morrales y maletas
Sin embargo, cuando el autobús avanzó con precaución hacia el grupo de caminantes, fue notable cómo los hombres, portando mochilas y maletas, comenzaron a abandonar la acera. De una forma arriesgada, se dispersaron hacia el centro de la carretera de doble sentido.
La primera impresión de la pasajera fue que estos hombres intentaban cruzar la vía. “Al principio pensé que querían llegar al otro lado de la carretera Panamericana, pero luego comprendí que sus intenciones eran diferentes: amenazarnos, y quién sabe qué más podría ocurrir“, relató la maestra.
A medida que el autobús se acercaba a los caminantes y el conductor notó sus intenciones hostiles, levantó las manos para detenerse. Sin embargo, su reacción fue completamente opuesta: aceleró entre los gritos aterrados de todos los pasajeros.
La ruta panamericana ha enfrentado bloqueos en los últimos meses. Foto:Archivo privado
“No me detendré porque quieren robar y matar”
“Eran alrededor de diez venezolanos, estaban casi en medio de la carretera. Pensé que al acelerar el autobús, los pasaría, fue una experiencia aterradora“, recordó la pasajera.
Otro pasajero, que estaba situado en la parte delantera, gritó muy asustado: “¡Señor Chopher, no se detenga porque quieren robarnos y matarnos! ¡Por favor, no pare, continúe, continúe!“
La maestra aseguró que se aferró fuertemente al asiento mientras el conductor realizaba una maniobra audaz para no atropellarlos. Otros pasajeros gritaban llenos de preocupación por la situación, comentó.
Un ciudadano extranjero, que estaba en el camino y casi fue alcanzado por el autobús, logró esquivarlo con dificultad y gritó obscenidades, visiblemente molesto.
La gente se dio cuenta del peligro al dispersarse en la carretera de doble sentido Foto:Concesión del sur en el camino
“Pensé que el autobús lo atropelló”
“Si este hombre tenía un acento venezolano, creí que el autobús lo había golpeado, vi que otros corrieron para ayudarlo, y observé que en ese momento no circulaban más vehículos.
Unos minutos después, cuando finalmente salió del autobús, aún temblaba de nerviosismo por lo ocurrido. Se sintió aliviado y agradecido hacia el conductor, ya que había evitado lo que podría haber sido una tragedia terrible en la carretera.
“Le dije al conductor: ‘Gracias, nos salvaste de esas personas que querían hacer daño y se fueron sin nada’. Él solo sonrió y asintió”, recordó.
Así finalizaron los momentos de angustia y el inquietante viaje dentro del autobús en la carretera Panamericana para esta maestra.
Respecto a este lamentable incidente, las autoridades policiales y de transporte aún no han emitido un pronunciamiento, ni tampoco la concesionaria Unión del Sur, que es responsable de la vía entre Pasto y Rumichaca.
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